Martínez dice que el Partido Popular ha cerrado casi todas las listas y llama a la fidelidad de los militantes

La presidenta del PP andaluz, Teófila Martínez, aseguró ayer que esta formación tiene "prácticamente todas" las listas electorales "elaboradas y cerradas". De esta manera negó que estén pendientes de completar un 30% de municipios y que estén topándose con dificultades añadidas por el rechazo a la guerra contra Irak. Sin embargo, Martínez invocó a la fidelidad de los militantes cuando abogó por la identificación total con el proyecto del PP. "Hay militantes que cuando se les ha encargado altas responsabilidades, si tenían alguna duda sobre su identificación con el proyecto del PP, lo mejor que podrían hacer es haberlas rechazado", dijo.

El hermetismo del PP en torno a las listas responde, según Teófila Martínez, a la "estrategia diseñada" por la dirección regional y no a problemas internos por la ofensiva bélica. "El porcentaje de listas elaboradas es muy elevado, pasa del 90% (...), para nosotros no supone ningún problema porque somos 120.000 militantes, muchos simpatizantes y personas que quieren venir con nosotros en las listas", sostuvo.

Martínez reiteró, como en días previos, que en el PP se registran diariamente muchas más altas que baja. "El PP no es un proyecto al que le cause ningún problema que en una coyuntura como ésta tenga algunas bajas de gente que aproveche para irse", dijo. En esta ocasión, la también alcaldesa de Cádiz no empleó con los dos ex concejales de Lebrija los mismos argumentos críticos con los que arremetió contra los ya ex militantes de Huelva, cuando llegó a afirmar que "se habían creído las mentiras y la demagogia" del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.

Zapatero, el presidente de la Junta, Manuel Chaves, y al coordinador federal de IU, Gaspar Llamazares, fueron blanco de sus críticas. De los dos primeros dijo que "no han pasado la prueba del algodón político al estar en contra de la utilización de las bases, pero negarse a participar en la marcha a Rota". A Llamazares, Martínez le definió como un político que "no cree en la democracia, es autoritario, principal alentador de acciones violentas e insultos, y que, seguramente, se encontraría muchísimo más a gusto en la Rusia de antes de la caída del muro de Berlín o en Cuba".