El optimismo se desvanece

La creciente incertidumbre sobre la facilidad y duración de la invasión de Irak, junto con el estancamiento de la economía, está forzando la retirada de los inversores de los mercados de valores. El Ibex 35 ha perdido en esta semana el 3,66% y con volúmenes de contratación decrecientes.

Los inversores han pasado de la euforia de una guerra fácil a la realidad de una invasión complicada, y la incertidumbre ha vuelto a apoderarse de los mercados de valores. La manifiesta debilidad de la economía está contribuyendo a que el ambiente en las bolsas no sea el más propicio para la toma de posiciones.

El Ibex 35 ha perdido en esta semana el 3,66%, con la particularidad de que en la sesión del lunes sufrió la mayor caída del año, con el 4,04%, y tan sólo seis jornadas después de obtener el mayor avance, con el 4,13%. La volatilidad que muestran estas cifras es tan sólo un exponente de la confusión del momento, tanto por la guerra contra Irak como por la trayectoria de la economía.

Las dificultades para obtener una victoria fácil y rápida en la invasión de Irak están actuando de factor multiplicador de los problemas derivados de una economía estancada. A lo largo de la semana se han conocido datos negativos sobre el consumo en Francia, sobre la confianza empresarial en Alemania y sobre la confianza de los consumidores en Estados Unidos, todos ellos reflejo de una situación que a nadie le gusta y pocos comprenden. La retirada de los mercados es la respuesta más sencilla para los inversores después de las alegrías del ciclo anterior, y ello está afectando al volumen negociado.

La contratación en el Mercado Continuo ha pasado de los 2.850,17 millones de euros del martes a los 1.171,94 del viernes, cifra que figura entre las 10 más bajas de este ejercicio.

Para algunos observadores del mercado, la situación ha entrado en una espiral "perversa" en la que más inestabilidad y durante más tiempo sólo traerá consigo más regresión de la inversión y el consumo. Estos observadores recuerdan el aviso del FMI sobre la posibilidad de entrar en regresión en el supuesto de que la guerra dure demasiado, aunque ha sido el propio inicio de la guerra uno de los causantes del problema.

La atención de muchos inversores se centra ahora, aprovechando este paréntesis en la actividad, en los resultados empresariales de este primer trimestre, sobre los que hay opiniones muy diversas. Se espera que las empresas que efectuaron fuertes dotaciones el pasado ejercicio muestren diferencias notables y positivas. Hay esperanzas de que los valores no cíclicos no se vean demasiado afectados por la caída del consumo, y del resto nadie quiere acordarse.

En cuanto a la evolución de las magnitudes económicas, no hay más que buscar algunas referencias oficiales que alejan la posibilidad de recuperación al segundo semestre del actual ejercicio.