Uno de los peores momentos de su historia
Como ocurrió en 1991, la guerra puede acabar con varias compañías norteamericanas
Si hay un sector al que le afecten los conflictos bélicos de una manera clara e incluso antes de plantearse, ése es sin duda el de las líneas aéreas internacionales. El 11-S ya sirvió para cortar por lo sano con una situación de debilidad generalizada que se arrastraba desde hacía algún tiempo por parte de las compañías. Y si nos remontamos a la primera fase de esta guerra del Golfo, la de 1991 supuso también la puntilla para grandes líneas como Pan American, Eastern o Midway. De momento, la IATA ya ha anunciado que las pérdidas de las 11 principales líneas norteamericanas este año superarán los 10.000 millones de dólares. Y ya arrastran una deuda de 100.000 millones de dólares.
Se trata sin duda de uno de los momentos más delicados de la historia de la aviación comercial, y no son pocos los que señalan que va a provocar incluso un cambio drástico del sistema de regulaciones que rige el sector.
Para el consejero delegado de Iberia, Ángel Mullor, "la situación actual es que, a una crisis económica generalizada que ya se estaba manifestando, se ha unido una crisis coyuntural, como es la guerra. Esto ha provocado que el modelo de compañía de bandera tradicional esté en crisis. Algo previsible para dentro de tres o cuatro años, se ha adelantado como consecuencia de los últimos acontecimientos, lo que implica que todo el sector tiene que acometer una reestructuración acelerada."
En el ámbito europeo, tanto el tamaño como el número de compañías aéreas no se corresponde con el mercado, por lo que es lógico pensar en próximos ajustes. Además, las compañías tradicionales tienen una estructura de costes que no se corresponde con el mercado, como demuestran las ofertas tarifarias actuales. Según Mullor, "una vez que los clientes se acostumbran a volar a esos precios es muy difícil, si no imposible, la vuelta atrás".
El resto de las compañías aéreas españolas agrupadas en AECA no se va a ver tan afectado por el mercado carácter nacional de su negocio. De ahí que las conclusiones a las que llegaron en una reunión celebrada el pasado jueves en Palma de Mallorca, para valorar las primeras consecuencias del conflicto, no fueron excesivamente pesimistas. Las empresas charter españolas, por su parte, ya habían asumido que este año podía ser difícil por los problemas de la economía alemana, y habían tomado medidas para afrontar la situación.
De momento, según el secretario general de AECA, Felipe Navío, gracias a las ofertas actuales "el mercado nacional está mostrando incluso una ligera tendencia al alza en las últimas semanas, mientras que la demanda en los vuelos europeos se mantiene en niveles similares a los del pasado año."
Una guerra corta, además, podría elevar la demanda de Semana Santa y desviar hacia destinos españoles los vuelos turísticos previstos para el mediterráneo oriental.
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