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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

La conmoción de los sondeos

Soledad Gallego-Díaz

Nadie en el Partido Popular hubiera creído hace sólo un año que existieran tantas posibilidades de perder las elecciones municipales y autonómicas que se convocan mañana, lunes. Sobre todo, nadie en el PP hubiera creído que se enfrentaría a la posibilidad de sufrir una auténtica debacle. Pero los acontecimientos que se han ido encadenando (huelga general, catástrofe del Prestige y, finalmente, el extraordinario rechazo que provoca la actitud del Gobierno en apoyo de la guerra en Irak) empiezan a dibujar un escenario inimaginable hace pocos meses.

El nerviosismo del PP ha ido aumentando día a día y provocando una serie de durísimas reacciones. "Estamos volviendo a la táctica del ataque con todo al PSOE", explica un parlamentario popular, que cree, sin embargo, que en esta ocasión puede ser una campaña equivocada. "La descalificación puede ser entendida como descalificación de los ciudadanos contrarios a la guerra y terminar costándonos más votos de los que ya hemos perdido", explica. Su postura, según admite él mismo, no encuentra eco en la dirección: "Se sienten amenazados desde fuera y desde dentro ante la posibilidad de que se les reproche los malos resultados previsibles, y están decididos a utilizar el arsenal más grande del que dispongan".

Algunos sectores del PP creen que la dirección de Génova ha gestionado mal la crisis, pero esperan ver los resultados electorales antes de pasar factura

El último shock para los populares ha sido el resultado del sondeo del CIS: un 91% de españoles contrario a la invasión de Irak y, sobre todo, un raquítico 10,9% de personas que considera buena o muy buena la decisión del Gobierno, frente a un 34,6% que valora muy por encima la actitud del PSOE.

Las quejas sobre la incapacidad del partido para hacer frente a esta catástrofe empiezan ya a rebasar los círculos más íntimos. "Lo peor es que hemos movilizado a todos nuestros adversarios, al mismo tiempo que desanimábamos a nuestros simpatizantes", se queja un destacado político popular. Para él, la dirección del partido, Génova, "está cometiendo serios errores".

El análisis es muy distinto en la sede de la ejecutiva. Uno de los actuales dirigentes replica que los resultados electorales serán malos, pero que si el PP consigue mantener la alcaldía de Madrid podrá hacer frente al impacto en la opinión pública. "Y desde luego, la dirección del partido no aceptará que se le haga responsable de los efectos que tenga sobre nuestro electorado la guerra de Irak, algo que ha sido decidido por el Gobierno y no por el partido". El responsable del PP asegura que no critica la postura de Aznar respecto a Irak, que comparte, pero que no está dispuesto a aceptar que algunos miembros del PP carguen, a cuenta de los actuales dirigentes, nacionales o provinciales, un mal resultado electoral "del que difícilmente somos responsables".

Telemadrid, 'efecto colateral'

"Lo que parece posible es que unos resultados francamente malos provoquen en el PP una marejada interna mucho más fuerte de lo que esperan Aznar y sus asesores", aventura un parlamentario popular especialmente preocupado por lo que puede pasar en el País Vasco. Desde su punto de vista, la guerra en Irak está poniendo en peligro buena parte del trabajo que ha venido haciendo el PP en Euskadi. "Mucho de lo que se ha conseguido allí, con esfuerzo y paciencia, puede irse al garete por culpa de una guerra que será todo lo necesaria que se quiera, pero en la que nosotros nos jugamos mucho menos que en el País Vasco", afirma, bastante irritado. "Todo esto no puede ser más inoportuno", se lamenta.

En la ciudad que la dirección del PP quiere convertir en símbolo, Madrid, las cosas no parecen tampoco muy claras. "El PP", bromea un dirigente del PSOE, "ha dado mucha cancha a Izquierda Unida, como si fuera el alma de la protesta antiguerra, así que ha conseguido asegurarle los votos necesarios para estar presente en el Ayuntamiento". Hace sólo unos meses, los sondeos indicaban que IU podía no llegar siquiera al 5% de los sufragios y quedar fuera del Ayuntamiento de la capital por primera vez en la historia. Ahora ya es seguro que conseguirá concejales y que el PP no puede contar con una victoria aplastante, como soñaba hace semanas.

La alcaldía de Madrid no es lo único que preocupa al PP, y que alegra al PSOE. La Comunidad, que los sondeos colocan cada vez más en manos socialistas, lleva aparejado un gran efecto colateral: el control de la televisión autonómica, Telemadrid, a sólo un año de las elecciones generales. "Y para 2004 también Maragall ya habrá ganado en Cataluña, con su TV3", recuerda un dirigente del PSOE. "Nuestro principal riesgo hoy en día", afirma, "sería creer que ya está todo hecho, pero la verdad es que el PP tiene razones para estar histérico. Todo le sale mal".

Manifestante pacifista.
Manifestante pacifista.

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