Decenas de miles de ciudadanos votan en el primer día de la Consulta contra la Guerra

Éxito rotundo. Sólo en Barcelona, decenas de miles de ciudadanos votaron ayer durante el primer día de la consulta popular sobre la guerra impulsada por la Plataforma Aturem la Guerra. Además de la capital, hay otros 156 municipios catalanes acreditados, y la lista no para de crecer. La votación no ha hecho más que empezar, ya que el número de urnas se multiplicará notablemente durante este fin de semana. Ante la masiva participación, la plataforma ha decidido ampliar las votaciones hasta mediados de abril. Por si fuera poco, localidades de Madrid, Baleares y Castilla se han sumado a la iniciativa.

Ayer, primer día de la consulta, los 10 distritos de Barcelona sumaban un centenar de urnas. Por la tarde, en la de La Rambla habían votado más de 1.800 personas. En la instalada en el hospital de Sant Pau, las papeletas pasaban del millar: habían votado médicos, enfermeras y personal del centro, pero también enfermos en pijama, bata y zapatillas. En Sants, dos de las cajas oscilaban entre 700 y más de 1.000 votos. En Gràcia, los vecinos votaban a un ritmo de papeleta por minuto, durante 10 horas, y en la plaza de la Universitat participaban 180 personas cada hora, tanto estudiantes como transeúntes, y hasta asombrados turistas. Los presentes en la mesa no levantaban cabeza. Prácticamente todos los centros universitarios de la ciudad se volcaron en la convocatoria, Extrapolando este frenesí se sobrepasan las 100.000 papeletas. Sólo el primer día y únicamente en Barcelona.

"Las ganas de votar de los ciudadanos superan nuestra capacidad logística", aseguraba anoche Ricard Vilaregut desde la oficina de la consulta. "Pero que nadie se preocupe, hay tiempo y urnas de sobras para votar", añadía. Ayer, los voluntarios de la oficina no daban abasto. Sin embargo, la repercusión de la consulta puede apreciarse minuto a minuto todavía con más claridad en la página web www.consultaguerra.org.

Este sitio es el eje organizativo de la consulta: sirve para que las entidades de las distintas localidades se acrediten, copien las papeletas y el material necesario para la votación, detallen los horarios y situación de las mesas para información del público, y servirá también para que registren los resultados de las tres preguntas de la votación: ¿Estás de acuerdo con el ataque militar contra Irak? ¿Crees que el Gobierno debe convocar un referéndum antes de implicarnos en una guerra? ¿Crees que Aznar y su Gobierno deben dimitir como consecuencia de su actuación en este conflicto?

Vilaregut recordó ayer que la consulta "es un proceso muy riguroso que cuenta con un control informático para evitar duplicidad de votos, y en cada localidad una entidad observadora garantizará el correcto funcionamiento y la seriedad de las votaciones". La próxima semana se harán públicos los primeros resultados y a partir del 13 de abril, cuando finalice el proceso de consulta, los resultados definitivos.

El número de mesas se incrementará notablemente durante la tarde de hoy y todavía crecerá más durante el fin de semana, cuando, al menos, las 94 localidades acreditadas celebrarán el grueso de la consulta. Arenys de Mar, Centelles, Gavà, Manresa, Sabadell, Sant Sadurní, Vic, Amer, Ripoll, Balaguer, Deltebre y Valls son sólo algunas de ellas. Andalucía, el País Vasco y Galicia participan también en la consulta.

"La consulta servirá de verdadero ejercicio de democracia. Ya que los políticos no nos escuchan, los resultados de esta iniciativa serán un referente real de la oposición a la guerra, y además las cifras serán las que sean, mucho más allá del baile de números que se produce después de las manifestaciones". Es la opinión de Rafael Mellado, vecino de la Sagrada Familia, que acudió a votar por la mañana frente al mercado del barrio. "Sin embargo, el último recurso de protesta que tenemos son las elecciones de verdad", zanjaba. Durante el día de ayer, en las mesas instaladas en las calles de Barcelona, organizadores y votantes mantenían conversaciones en la misma línea de la reflexión de Mellado.