El PP elude condenar la guerra y Miró prosigue el pleno mientras la oposición guarda silencio
La presidenta de las Cortes quita la palabra una veintena de veces a portavoces de la oposición
El último pleno de la quinta legislatura de las Cortes Valencianas comenzó ayer marcado por la guerra de Irak. El PP no aceptó una propuesta de declaración institucional contra la guerra que había presentado la oposición y se opuso también a guardar cinco minutos de silencio por las víctimas del conflicto. Los diputados de la oposición decidieron realizar pese a todo ese homenaje silencioso, que la presidenta de la Cámara no respetó, al ordenar el inicio del pleno como si no pasara nada. Con los diputados de la oposición en pie y en silencio, las primeras enmiendas a la modificación de la ley de Cajas de Ahorros decayeron. Después, los portavoces de la oposición se refirieron a la guerra en cada una de sus intervenciones.
La presidenta de las Cortes Valencianas, Marcela Miró, no guardará buen recuerdo de su despedida como primera autoridad del Parlamento en esta quinta legislatura. En línea con lo que ha sido su actuación a lo largo de toda la legislatura, ayer Miró miró más por los intereses del partido que detenta la mayoría absoluta en la Cámara -y que la puso al frente de la misma- que por la independencia frente al poder Ejecutivo de la institución que todavía preside. Los grupos de la oposición habían presentado una propuesta de declaración institucional contra la guerra de Irak, que el PP rechazó sin proponer siquiera una alternativa light que aquellos pudieran haber aceptado.
A continuación, el portavoz socialista, Joaquim Puig, pidió la palabra para señalar que las Cortes no podían "dejar pasar" la oportunidad del último pleno de la legislatura sin decir nada sobre la "masacre" en Irak, y pidió que se guardaran cinco minutos de silencio por las víctimas del conflicto. Los portavoces de EU y del Grupo Mixto, Joan Ribó y Joan Francesc Peris, hicieron otro tanto. Pero la presidenta de la Cámara dijo que para acceder a esas peticiones se requería el acuerdo de la mayoría de la Cámara y adujo que el orden del día del pleno de ayer fue aprobado "por unanimidad" en la Junta de Portavoces del viernes. Los portavoces de la oposición llamaron "mentirosa" a Miró, ya que ese orden del día fue aprobado únicamente por los representantes del PP en los órganos de gobierno de la Cámara.
La presidenta asumió toda la responsabilidad, no hizo siquiera el gesto de pedir al Grupo Popular que se pronunciara sobre la propuesta de los grupos de la oposición y ordenó el inicio del pleno.
Los diputados de la oposición se levantaron de sus asientos y, sin abandonar los escaños, se dispusieron a guardar los cinco minutos de silencio. Como si nada pasara, la presidenta ordenó el inicio del pleno. Sometió a votación el primer punto del orden del día, un dictamen de la comisión del Estatuto del Diputado, y a continuación ofreció al presidente de la Comisión de Economía, el socialista Jesús Ros, que leyera el dictamen del proyecto de modificación de la ley Cajas de Ahorro. Ros permaneció de pie en su escaño y Miró ordenó el debate de las enmiendas, que fueron decayendo una tras otra durante esos cinco minutos ya que los diputados de la oposición no salieron a defenderlas.
Concluida la protesta silenciosa, los diputados de la oposición comenzaron a defender sus enmiendas a la modificación de la ley de Cajas. A razón de un minuto por enmienda, aprovecharon sus intervenciones para hacer constantes referencias a la guerra y denunciar la "falta de sensibilidad" y el "silencio cómplice del PP", el "partido de la guerra", que no replicó en ningún turno. La presidenta hizo continuas llamadas a los diputados para que se atuvieran a la cuestión. Pero los intervinientes aprovechaban todas sus subidas a la tribuna para sacar a relucir el conflicto de Irak. Miró, visiblemente nerviosa, les llamó al orden y les quitó la palabra hasta en una veintena de ocasiones, entre acusaciones de "censura" por parte de los portavoces de la oposición. En los bancos del PP todo eran caras largas ante un debate que respondía poco a sus intereses.
Tras los 15 minutos de paro a mediodía, el pleno se reanudó con más tranquilidad, aunque con esporádicas referencias a la guerra. Hoy seguirá con la misma tónica.
A última hora de la tarde, varios centenares de personas, convocadas por la Campanya Valenciana contra la Guerra, se manifestaron pacíficamente ante el Parlamento, protegido por un nutrido contingente policial.
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