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GUERRA EN IRAK | El frente del Norte

EE UU alude a motivos humanitarios para explicar su presencia en Kurdistán

Los bombardeos aéreos prosiguen por cuarto día consecutivo en el norte de Irak

Juan Carlos Sanz

Estados Unidos confirmó ayer la presencia de sus tropas en el norte de Irak controlado por las milicias del Kurdistán. Sin mediar previo anuncio, el general de marines Pete Osman convocó a la prensa internacional en Salahudin, feudo del líder kurdo Masud Barzani. El jefe del Mando de Enlace y Coordinación Militar leyó un comunicado según el cual la misión de sus fuerzas es "coordinar a las organizaciones humanitarias y militares que operan en el sureste de Turquía y el norte de Irak". Ni una palabra sobre si sus tropas son la avanzadilla del frente norte contra el régimen de Sadam Husein.

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La presencia de fuerzas estadounidenses en el norte de Irak es un secreto a voces desde hace semanas, pero hasta ayer, precisamente con la comparecencia en público de un general, no se había hecho oficial. Los periodistas extranjeros, sin embargo, ya se han topado alguna vez con militares de EE UU de compras en el bazar de Erbil. "Nuestra misión es sincronizar las operaciones de ayuda humanitaria, desvincular las actividades humanitarias de las militares y coordinar el auxilio al norte de Irak", dijo Osman, sin mayores precisiones, antes de proclamar que "EE UU y sus socios de coalición respaldan un Irak seguro, estable y viable, que incluye la preservación de sus actuales fronteras".

En ningún momento se habló del frente. El frente norte era ayer un barrizal con escasa actividad bélica. A las 13 horas (dos menos en la España peninsular), el sobrevuelo de un avión a gran altitud emitía un sonido similar al de un moscardón sobre Majmud, a unos 30 kilómetros al sur de Erbil, en una zona controlada por las tropas de Bagdad. Una gran explosión retumbaba poco después en la llanura que se abre hasta Kirkuk. Los habitantes de la cercana aldea de Hawame aseguraban que durante la noche anterior tropas iraquíes habían atacado a los peshmergas kurdos. "Esta mañana han venido muchos soldados con más de 40 vehículos. Mírelos, están ahí", señalaba Faisal Ramadán, de 45 años, en dirección a la aldea de Audaluk, situada a menos de un kilómetro, en zona iraquí. "¿Por qué no escapamos de aquí?", se preguntaba rodeado de su familia y varios vecinos. "Pues porque no tenemos coche, ni tampoco adónde ir".

Los bombardeos proseguían ayer por cuarto día consecutivo sobre posiciones del Ejército iraquí en Kirkuk y Mosul, en torno a zonas con gran riqueza petrolífera que los kurdos reclaman como propias. Pero los ataques aéreos han comenzado a ser cada vez más selectivos, y cobra fuerza la tesis de que comandos norteamericanos estén marcando sobre el terreno los objetivos de los bombarderos.

La aviación de combate norteamericana lanzó ayer varias bombas en el frente de Chamchamal, a unos 40 kilómetros al oeste de Suleimaniya, contra unidades iraquíes situadas cerca de la línea de demarcación del territorio autónomo kurdo, según informaron periodistas presentes en la zona. Detrás de este ataque y del registrado en Majmud parece estar la mano de las fuerzas especiales de EE UU que han reclamado cobertura aérea, según un modelo ya empleado contra el régimen de los talibanes en Afganistán.

Decenas de comandos estadounidenses ya han sido desplegados frente a los milicianos de Ansar el Islam, que combaten en la región kurda de Halabha, en las montañas de la frontera iraní. Los peshmergas confían en que la colaboración de EE UU, que ha bombardeado dos veces con misiles a la guerrilla islamista, será decisiva para neutralizar al grupo armado islámico, acusado de mantener vínculos con Al Qaeda.

Más dudas plantea la confirmación de la supuesta derrota sufrida por las tropas norteamericanas que el pasado domingo, según declaró ayer a Reuters el ministro iraquí de Información, Mohamed Said al Sahaf, habían sido transportadas en helicóptero hasta las inmediaciones de Kirkuk. El control del petróleo de Mosul y Kirkuk sigue siendo la clave de la guerra en el frente norte, así como el detonante que puede hacer estallar los enfrentamientos entre milicianos kurdos y el Ejército de Turquía, que alega derechos históricos para explotar esos yacimientos.

En un nuevo incidente en el que se han visto implicados periodistas extranjeros en Irak, la cadena de televisión Al Yazira, basada en Qatar, denunció al mediodía de ayer que dos de sus enviados para cubrir el conflicto habían sido detenidos y apaleados en Chamchamal por milicianos de la Unión Democrática del Kurdistán (UPK), el partido que controla el sureste del territorio autónomo. Los informadores agredidos eran el corresponsal de Al Yazira Uada Janfar y un cámara no identificado. Ambos fueron puestos en libertad pasada una hora.

El general Osman, escoltado por soldados estadounidenses, tras anunciar la presencia de soldados de EE UU en Kurdistán.
El general Osman, escoltado por soldados estadounidenses, tras anunciar la presencia de soldados de EE UU en Kurdistán.AP

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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