France Télécom recurre a una ampliación récord de 15.000 millones para reducir deuda

France Télécom anunció ayer una ampliación de capital récord de 15.000 millones de euros, respaldado por el Estado francés, que aportará 9.000 millones como accionista mayoritario, dentro del plan de saneamiento para reducir su voluminosa deuda de 68.000 millones de euros. El apoyo del Ejecutivo francés a la operación, que estaba prevista para más adelante, se produce pese a la turbulencia de los mercados por el conflicto bélico en Irak. La ampliación de capital debe contar aún con el permiso de la Comisión Europea, que puede considerarla ayudas de Estado.

Mientras los países beligerantes se enfrentan a la factura de la guerra en Irak, el Gobierno de París ha decidido no perder el tiempo a la hora de sanear sus intereses económicos. El ministro de Finanzas, Francis Mer, garantizó ayer una aportación estatal de 9.000 millones de euros a France Télécom, dando así un fuerte empuje a la ampliación de 15.000 millones que el grupo de telecomunicaciones, controlado por el Estado al 56,4%, había anunciado horas antes. "La economía no se detiene durante la guerra", explicó a este periódico uno de los colaboradores del ministro.

El grupo de telecomunicaciones estudiaba realizar esta operación entre la primavera de 2003 y la de 2004: han bastado los primeros bombardeos sobre Bagdad para lanzarse a pedir dinero. El Estado ha respondido de inmediato, y no se espera menos del sector privado. Un grupo de 21 bancos ha asegurado que sobra liquidez para colocar el tramo de 6.000 millones reservado a accionistas privados. El título de France Télécom retrocedió ayer moderadamente (0,99%) en una jornada en la que el CAC40, el índice de los principales valores de París, cayó un 5,67%.

Préstamo o ayuda de Estado

"Queremos que esta operación quede pronto atrás para volver a ser una empresa normal lo más rápidamente posible", comentó el presidente del grupo, Thierry Breton. Esas instituciones financieras "han tenido en cuenta todas las condiciones, comprendida la que usted menciona", contestó al periodista que le preguntó por el riesgo de una operación tan grande en tiempo incierto. France Télécom ya obtuvo adelantos de tesorería por valor de 9.000 millones de euros a principios de año, y ahora lanza el aumento de capital con la garantía de los bancos.

La aportación estatal tomará la forma de "préstamo" gestionado por el Estado, cuya devolución se financiará con recursos propios del organismo, la venta de otros títulos de propiedad pública y la cesión futura de acciones de France Télécom. "No creo que haya problemas con la Comisión Europea", contestó el colaborador del ministro antes aludido, al preguntarle si París está preparado para enfrentarse a preguntas sobre si esa aportación puede ser calificada de "ayuda de Estado".

La ampliación reducirá a 53.000 millones el endeudamiento de 68.000 millones de euros que pesa sobre el grupo de telecomunicaciones. A pesar de la confianza bancaria, la ampliación no irá más lejos porque el Estado no desea diluir su participación. El apoyo gubernamental se completa con la búsqueda de otros 15.000 millones de euros, en este caso gracias a la venta de activos no rentables -como la participación en la empresa italiana Wind, anunciada el viernes-, la rebaja de costos laborales (13.000 puestos de trabajo menos en este año) y la reducción de inversiones.

Los pequeños accionistas tendrán un derecho preferente a la hora de conseguir acciones del tramo privado. Esta ampliación se hace en forma de bonos de suscripción de acciones. Cada acción actual dará derecho a un bono, que podrá ejercerse suscribiendo el aumento a 14,50 euros por acción, o bien venderlo en el mercado, donde los bancos garantizan la colocación. Lejos, desde luego, de los 27,75 euros con que comenzó la introducción de France Télécom en Bolsa, en 1997, y de los 219 euros que llegó a valer en marzo de 2000, en la cima de la especulación sobre los valores de la nueva economía.