Zaplana reconoce por primera vez que la guerra puede perjudicar al PP

El ministro de Trabajo y presidente del Partido Popular valenciano, Eduardo Zaplana, reconoció ayer por primera vez que la guerra de Irak puede perjudicar al PP de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo. "No es descartable", dijo al ser preguntado al respecto antes de presidir una reunión de la directiva regional del partido en Valencia. Zaplana arremetió contra el "oportunismo" de los socialistas por intentar aprovechar el conflicto para obtener un rédito electoral.

"No lo sé, ni creo que haya nadie en estos momentos que lo sepa a ciencia cierta. Aquí todo el mundo juega a brujo, desde el punto de vista de adivino, de lo que puede pasar o puede dejar de pasar, y en estos momentos no le podría asegurar ni una cosa ni la contraria, como en casi nada. ¿Qué sabemos nosotros? Sabemos que los sondeos electorales para el Partido Popular hasta hace dos semanas eran francamente buenos en la Comunidad Valecniana. Lo sabemos nosotros y lo sabe el partido socialista. Ahora, que esta coyuntura pueda afectar, no es descartable; estamos en el mundo, tenemos los pies en el suelo y desde luego todas las posibilidades están abiertas".

Así contestó ayer Zaplana a la pregunta concreta acerca de la posibilidad de que la guerra de Irak, que apoya el Gobierno español en contra de la opinión mayoritaria de la ciudadanía, pueda afectar de forma negativa al PP de cara a las elecciones autonómicas y municipales del próximo 25 de mayo. Era la primera vez que Zaplana admitía la posibilidad de una influencia negativa del conflicto bélico.

Pero el ministro eludió a continuación el asunto para afirmar que el PP "es el único partido que se está dedicando a hablar de la gestión y de proyectos de futuro de la Comunidad Valenciana" y que lo que va a hacer el partido de cara a la campaña electoral es intentar que el debate sobre la gestión de los populares al frente de las instituciones "ocupe una parte del tiempo". Una pretensión que Zaplana contrapuso a la de "otros", en referencia especialmente a los socialistas, que, según dijo, "han visto el cielo abierto, han visto la posibilidad de no tener que hablar de la gestión de estos años ni de la gestión futura y que intentan que sean otras circunstancias [en referencia a la guerra de Irak] las que les puedan traer una mejora electoral".

"Distorsión"

Una estrategia que, según el ex presidente de la Generalitat, es una "distorsión" que hace más difícil poder hablar de las cuestiones valencianas, del balance de gestión de su partido, y de las aspiraciones de cara al futuro. Y que relacionó con los ataques a sedes del Partido Popular -en concreto la de Elda- de los que responsabilizó a "concejales del PSPV". "¿Hasta dónde va a llegar esta espiral de sinrazón y de locura?", se preguntó Zaplana, quien aseguró que la opinión de los ciudadanos sobre la guerra le merece "respeto" y "en muchos casos, comprensión". Pero pidió a los ciudadanos que hagan un análisis "sereno" y se pregunten por qué el Gobierno, conociendo sus sentimientos, "hace lo que tiene que hacer". "No es porque el Gobierno sea masoquista, sino porque cree que esa es su responsabilidad", precisó el ministro.

Zaplana dijo entender que haya ciudadanos que manifiesten su discrepancia con esa postura del Gobierno. "Lo que no entiendo tanto", matizó, "es que dirigentes políticos que aspiran a tener responsabilidades de gobierno entren en una espiral de histeria, de oportunismo desmesurado y se lancen descaradamente, sin importarles los medios, para decir ésta es la mía y que ahí valga todo, incluso deslegitimar las instituciones democráticas o hablar de responsabilidades penales".

El presidente del PP hizo estas declaraciones antes de presidir la reunión de la junta directiva regional del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, en la que se abordaron cuestiones como la elección de los candidatos a alcaldes y el calendario para elegir a candidatos de municipios de menos de 20.000 habitantes. Además de hablar de la estrategia electoral y, como él mismo reconoció, "de la coyuntura actual" marcada por la guerra de Irak y que tiene preocupados a muchos dirigentes del partido que temen que suponga consecuencias negativas de cara a las elecciones de mayo.