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Una sentencia obliga a Renault a readmitir a un trabajador despedido por motivos de edad

Lucía Abellán

Ocupar la categoría de trabajador más antiguo de la empresa y haber sufrido un infarto al corazón le valió a E. G. V. un despido fulminante a finales del año pasado. Un juzgado de Madrid ha reconocido recientemente que Renault España Comercial despidió a este empleado de 58 años, tras 36 de labor en la compañía, sólo por su edad y su salud. Ante la ausencia de otros motivos probados, la justicia ha obligado a la empresa a readmitir al trabajador, que se ha reincorporado a sus labores anteriores.

E. G. V., que prefiere no ser identificado con su nombre completo, desempeñaba labores de administración en el departamento de márketing en un centro de Renault situado en Madrid. Los problemas, según su propio relato, comenzaron cuando cumplió 50 años. "Empezaron a cambiarme de puesto, a marearme, me hicieron desempeñar trabajos peores...". Este empleado sostiene que la empresa intentó destinarlo a labores de almacén y finalmente cayó en una depresión, por la que estuvo de baja un año.

A su vuelta, en octubre de 1998, la empresa lo volvió a emplear en "poner piezas en un almacén", pero en aquel momento no se planteó acudir a los tribunales: "Tengo seis hijos y mi situación no me permitía denunciar", explica E. G. V. En julio de 2002 volvió a causar baja, esta vez por infarto de miocardio. Al volver, a finales de octubre del año pasado, Renault dio por finalizada su labor. El empleado, que se acababa de afiliar al Sindicato de Cuadros de Renault, recibió una carta en la que se le comunicaba su despido.

Oficialmente, la compañía lo acusaba de falta laboral muy grave por haberse producido una "disminución progresiva y continuada en su rendimiento habitual". Sin embargo, el trabajador asegura que, en privado, Renault le decía que era "un mal ejemplo para el personal", ya que todos los trabajadores se estaban prejubilando a los 56 años y él, con 58, seguía en su puesto.

En el acto de conciliación, Renault reconoció que el despido era improcedente y ofreció una indemnización. Pero E. G. V. no se dio por satisfecho, ya que consideraba que se habían vulnerado sus derechos fundamentales: había sido discriminado por su edad y su salud. La sentencia del juzgado de lo social número cinco de Madrid así lo reconoce. "Al señor G. parece ser que se le despide por nada. Únicamente hay un hecho inmediatamente anterior, que es su situación de baja, unida a su edad", concluye el texto. La sentencia reconoce también que las evaluaciones del trabajador demuestran que era valorado por sus superiores.

Renault acepta la sentencia judicial y ya ha reincorporado al trabajador a sus funciones habituales. Fuentes de la compañía aseguran estar estudiando la posibilidad de recurrir, algo que también hace el trabajador, aunque por motivos distintos. E. G. V. dice poder demostrar que su depresión se debió a acoso moral por parte de la empresa y no descarta volver a los tribunales para saldar esta última cuenta.

De momento, este trabajador es el primero que ha demandado a la empresa por intentar retirarlo del mercado laboral antes de tiempo. En su empresa, según su relato, son muchos más los que han abandonado el puesto, pero lo han hecho de acuerdo con la dirección.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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