Doble eclipse en el Grupo Lagardère
La muerte de su fundador coincide con una profunda crisis del modelo industrial gaullista
Jean-Luc Lagardère ha muerto y con él también lo ha hecho el modelo industrial del gaullismo. El gigantesco conglomerado empresarial -misiles, satélites, electrónica, automóviles, medios de comunicación...- que levantó hace 40 años, a partir de una pequeña fábrica familiar, Matra, también está en horas bajas.
Arnaud, el heredero, está dispuesto a ceder participaciones a socios extranjeros y cree que el futuro del grupo está en el sector comunicación
Todo empezó en 1963 cuando Jean-Luc, un ingeniero electrónico de 35 años, con una década de experiencia aeronáutica en Dassault, se incorporó a una pequeña firma familiar, Matra, que fabricaba componentes para el Ejército. Legardère la transformó en líder mundial del sector de misiles, satélites y electrónica, y en un nombre mítico del automóvil -en 1969 sus bólidos ganaron el campeonato de fórmula 1- capaz de idear un modelo que luego todos han copiado -el Renault Espace-, o de suministrar metros automáticos -sin conductor- a París y Toulouse.
A la sombra de la V República
La vanguardia tecnológica del brazo del Estado, un sector privado robustecido por los encargos públicos, fue el modelo de Lagardère y de la V República. No en vano Jean-Luc -que tenía 12 años cuando empieza la II Guerra Mundial- vio con estupor cómo el Ejército francés era derrotado en unas semanas. Ese trauma le convirtió en patriota y admirador de De Gaulle. El general pronosticó 10 años antes que la guerra del futuro no sería de trincheras sino móvil, con tanques y aviones.
La noche del 14 al 15 de marzo Jean-Luc moría en un hospital, víctima de una infección vírica.
Cinco días antes, Matra se había desprendido de su actividad automovilística por la imposibilidad de hacerla compatible con los intereses de Renault -el Avantime de Matra fue mal distribuido por Renault para evitar que compitiese con el Espace-. La sucesión no plantea problemas legales, pues su hijo Arnaud -42 años- dirige parte del grupo -sobre todo los medios de comunicación- desde 1998, pero puede que sí la plantee en términos de orientación y operatividad.
Jean-Luc pasaba por tener una de las mejores agendas, por mantener buenas relaciones con todos, no en vano fueron los socialistas quienes, en 1999, le escogieron para que representase el 15,1% dentro de EADS, al lado del Estado, de Daimler y CASA. Arnaud, en su día, afirmó que el futuro de su grupo, que hoy "pesa" 13.200 millones de euros, pasaba por los medios de comunicación y la edición.
El lunes, ya entronizado sucesor, Arnaud presentó las cuentas e insistió en que "no hay que especular con la cesión de EADS". Quiso tranquilizar a los mercados, pero no desveló ningún secreto: las acciones de EADS, lastradas por la crisis de lanzamiento de satélites de telecomunicación, han perdido valor y no van a recuperarlo antes de 2007, cuando se ponga en venta el A380, el Airbus gigante que debiera ganar la batalla a Boeing.
Arnaud Lagardère espera obtener el visto bueno de las autoridades de la competencia para hacerse con VUP (Vivendi Universal Publishing) por 1.800 millones y sueña con apoderarse de una cadena de televisión. M6, que está parcialmente en venta, no le interesa porque le asociaría a Bertelsmann, editor con el que compite abiertamente en libros y prensa. Canal + es el objetivo lógico, máxime cuando el grupo Lagardère ya posee el 34% de CanalSatellite y el 27,4% de Multithématiques, el difusor y editor de los programas que Canal + distribuye a sus abonados al cable o satélite. Pero hoy el modelo económico de Canal + -un canal de pago en un contexto en el que estos han proliferado y en espera del herziano terrestre- está en discusión y está claro que Arnaud no tomará una decisión mientras no se clarifique el marco legal.
Formado en EE UU, Arnaud dice "querer seguir el camino trazado" por su padre, y "respetar el espíritu de independencia del grupo"; pero deja intuir ya que las cosas no van a seguir como antes, que el nacionalismo industrial ya no será un factor determinante. "Si tenemos que desprendernos de partes de VUP por problemas de posición dominante tendremos en cuenta las mejores ofertas, aunque no sean francesas". El "si" condicional deberá transformarse en realidad dado que Lagardère controla más del 75% de la distribución de prensa y libros en Francia.
Las tripas de un gigante herido
El grupo Lagardère registró en 2002 una cifra de negocios de 13.200 millones de euros, de los que 8.090 correspondieron al sector media, con una progresión anual del 5,6%. El sector alta tecnología y EADS contribuyó con 4.340 millones a los resultados, con una caída anual del 3,3%, y el automóvil con 780 millones, un 31,5% menos que en 2001.
Lagardère es una sociedad en comandita de la que padre e hijo poseían el 5,3%, inversores franceses un 17%, los empleados un 3,7%, en Bolsa hay un 14,3% y en manos de inversores extranjeros un 59,7%.
La nebulosa del grupo incluye muchas marcas. Así, en el área de alta tecnología y EADS, figuran Airbus, aviones de transporte militar, aeronáutica en general, cohetes (Arianne) y sistemas de electrónica.
En el sector medias se encuentran: Hachette Libro y VUP Fayard, Grasset, Stock, 10/18, Livre de Poche, Dunod, Larousse, Le Robert, Bordas, Nathan, Hatier, Harrap's, Armand Colin, Robert Laffont...
También cuenta con Hachette y Filipacchi Médias, primer editor mundial de prensa semanal. Edita 222 títulos, entre ellos Elle y Paris-Match, y 10 diarios. Tiene el 25% del grupo Amaury, que publica los diarios Le Parisien y L'Equipe. Una actividad a la que se une Hachette Distribution, primer distribuidor de prensa del mundo, que cuenta con las tiendas Virgin Megastore, Relay y 3.600 puntos de venta en estaciones y aeropuertos.
Queda por último el sector, dentro de los medias, bautizado como Lagardère Active, que edita canales de televisión temáticos como Canal J, Match TV, el 34% de CanalSatellite, el 27,4% de Multithèmatiques, las sociedades de producción GMT y DEMD, la de distribución Lagardère Images, y controla radios (Europe1, Europe2, RFM) y una central de espacios publicitarios.
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