El Papa dice que está en juego "el destino de la humanidad"
El Papa condenó ayer la guerra en Irak, por primera vez desde que se iniciara en la madrugada del jueves. Juan Pablo II calificó el conflicto de "amenaza para el destino de la humanidad" y reiteró el error que representa. "Jamás la violencia y las armas podrán resolver los problemas de los hombres", dijo. Juan Pablo II se refirió a la paz, "que es don de Dios y humilde y constante conquista de los hombres. Cuando la guerra, como en estos días en Irak, amenaza el destino de la humanidad, es más urgente proclamar que sólo la paz es el camino para construir una sociedad más justa y solidaria. Nunca la violencia y las armas pueden resolver los problemas de los hombres".
Las declaraciones del Papa están en consonancia con la oposición al conflicto de la Curia Romana, aunque la Santa Sede ha matizado sus comunicados, resaltando en algunos las culpas de Sadam Husein.
El pontífice, que gracias a esta nueva "batalla" contra la guerra parece haber recobrado fuerza física y energía, abordó el tema durante una audiencia a los trabajadores de la televisión católica Telepace.
Aunque el Vaticano ha rechazado rotundamente que la visible recuperación del Papa se deba a las pastillas de papaya que le trajo hace meses el descubridor del virus del sida, el francés Luc Montagner, los progresos están a la vista. El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, ha atribuido la mejoría al descanso y a una serie de cambios en la administración de los medicamentos que recibe Wojtyla para combatir el Parkinson. El Papa hace, además, ejercicios especiales "para aprender a respirar", según una fuente próxima a su círculo íntimo, y los resultados empiezan a verse.
Sus colaboradores más directos reconocen que cobra nuevo brío cuando las circunstancias se complican, como ahora, con la guerra en Irak.
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