200 vecinos califican de "expolio" el proyecto de ampliación del Retiro
El plan Prado-Recoletos propone la demolición de sus viviendas
Los 200 vecinos que verán demolidas sus viviendas si sale adelante el proyecto de ampliación del Retiro incluido en la propuesta de remodelación del eje Prado-Recoletos ideado por el equipo del arquitecto Álvaro Siza están en pie de guerra. Los vecinos consideran que esta parte del proyecto supone un verdadero "expolio" y creen que detrás de la construcción de estos bloques se oculta una "maniobra especulativa".
"Todos los vecinos nos hemos agrupado en un frente común contra semejante expolio". Así lo firman en un escrito más de 200 vecinos que podrían ver demolidas sus viviendas si sale adelante el proyecto de ampliación del Retiro proyectado por el equipo del arquitecto Álvaro Siza.
Esta ampliación, incluida en el proyecto de remodelación del eje Prado-Recoletos que ganó el concurso de ideas organizado por el Ayuntamiento de Madrid, supone la demolición de 314 viviendas situadas en el Cerrillo de San Blas, la calle de Infanta Isabel y las casas colindantes al Gobierno Militar, en el paseo de Reina Cristina. En su lugar se construirán otras 352.
Lo más conflictivo es que gran parte de las viviendas situadas en el Cerrillo de San Blas son unifamiliares y el proyecto supone construir en su lugar, "bloques de baja densidad y alta calidad de 3 o 4 plantas y todas con garaje", según dijo Carlos de Riaño, uno de los arquitectos coautores del proyecto.
"El plan, que tal vez detente una gran perfección técnica, es, no obstante, una auténtica declaración de guerra a los vecinos, pues supone un ataque brutal, inmotivado y, sobre todo, no comunicado ni consultado previamente, a los derechos constitucionales a una vivienda digna y a la propiedad de más de 250 familias que tienen no pisos alquilados u oficinas o negocios, sino sus únicos hogares, los hogares que ellos han elegido libremente para vivir con su familia, en el lugar y el barrio que les gusta", continúa la denuncia de los vecinos.
"Un atropello"
Ayer, gran parte de los afectados se encontraban reunidos para determinar qué medidas tomarán ante lo que ellos consideran "un atropello". Mercedes Calvo, propietaria de una vivienda unifamiliar en el Cerrillo de San Blas, aseguró que "cualquier medida que se tome se hará antes de que el pleno del Ayuntamiento apruebe este proyecto".
El arquitecto de Riaño había asegurado que "quienes vivan en las nuevas vivendas que se construyan contarán con una calidad de vida mucho mejor de la que tienen ahora". Los vecinos han contestado con una pregunta: "¿Como puede ganar en calidad de vida alguien que tiene un chalé de más de 300 metros cuadrados con con piscina y un ámplio jardín?".
Los vecinos afectados aseguran en su escrito que en la mayoría de los casos " han rehabilitado e invertido en la mejora de sus viviendas con las preceptivas licencias del Ayuntamiento (algunos incluso están ahora mismo en pleno proceso de reconstrucción con licencia municipal debidamente liquidada y autorizada). A cambio, el proyecto diseña la construcción en el mismo lugar ocupado por las viviendas unifamiliares de una serie de bloques que denominan de "baja intensidad".
Además, aseguran que tienen la sospecha de que bajo el "disfraz del interés público parace encubrirse una operación especulativa pura y dura, ya que entraña la construcción de bloques de pisos en la misma zona expropiada y el consiguiente aumento de la edificabilidad".
Dicen también los vecinos que la zona en la que viven está dentro de un área municipal clasificada de casco histórico y que no se trata de una zona degradada y/o marginal, sino de un espacio urbano residencial en perfecta conservación, con una antigüedad en algunos casos de 1920 y, en otros, con viviendas unifamiliares con 18 y 15 años. Aseguran que se trata de una zona protegida de alta calidad ambiental, singular y única en el corazón de la ciudad y declarada de interés arqueológico, razón por la que el Ayuntamiento pone tantos reparos a la concesión de licencias de obra nueva.
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