Los soldados parten sin ser vacunados de viruela y carbunco

Defensa ha renunciado finalmente a vacunar a los soldados españoles enviados al Golfo contra la viruela y el carbunco, las dos enfermedades más graves a las que se exponen si Irak utilizara armas biológicas. Las vacunas que recibieron ayer son las mismas que se administran a los militares destinados en Afganistán -hepatitis, polio, meningitis o fiebre amarilla-, atendiendo al calendario sanitario y a la época del año. "No se les vacunará contra la viruela y el carbunco hasta que estén en la zona de operaciones y sólo si es necesario", dijo un portavoz de Defensa.

Los españoles son los únicos que acuden a Irak sin estas dos vacunas, que EE UU, Reino Unido y Australia han administrado masivamente a sus tropas. Fuentes sanitarias militares explicaron que, al contrario que los contingentes de dichos países, los españoles no entrarán en combate, por lo que su riesgo es menor.

El problema es que, si los españoles se vacunan cuando lleguen a la zona, no gozarán de inmunidad hasta pasadas varias semanas. La decisión se ha adoptado atendiendo a los efectos secundarios de la vacuna de la viruela (mil enfermos graves y dos fallecidos por millón), por lo que soldados estadounidenses y australianos han tenido que ser repatriados; mientras que la del carbunco puede ser innecesaria con un adecuado equipo de protección.