Una fundación público-privada impulsará una red de coche compartido en la región de Barcelona

El sistema de coches compartidos, implantado desde hace años en algunos países europeos, será una realidad en Cataluña dentro de pocos meses. Conocido en el extranjero como CarSharing, es una modalidad de transporte que se basa en una flota de vehículos compartida por una red de ciudadanos que pagan por un lado una cuota inicial por formar parte de la red de usuarios y, por otro lado, una cantidad determinada -por horas o por kilometraje- cada vez que utilizan un coche de la flota. No hay que confundir este sistema con el CarPooling, en el que varias personas comparten en determinados trayectos el coche de un único propietario, ni con las empresas de alquiler de vehículos.

Junto al transporte público y a los desplazamientos en bicicleta o a pie, el coche compartido se considera parte de los sistemas de ecomovilidad porque, entre otras cuestiones, reduce el consumo de carburante y las emisiones contaminantes. Por ello, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP) han decidido apostar por el sistema y constituirán la próxima semana la Fundación Movilidad Sostenible y Segura, que gestionará la primera de estas redes en Cataluña. Inicialmente la red se implantará en Barcelona y en una segunda fase se ampliará a toda su área de influencia.

Prescindir de coche propio

El éxito del CarSharing depende, en última instancia, de la decisión de un grupo de ciudadanos de prescindir de coche propio y pagar sólo cuando quieran utilizarlo. La experiencia de los países en los que estas redes ya están implantadas indica que los clientes del sistema son personas que tienen resueltos los desplazamientos diarios en transporte público, a pie o en bicicleta y utilizan el coche sólo para viajes no regulares, como fines de semana o vacaciones. También hay empresas usuarias del sistema.

Según un estudio realizado por la PTP, la mayor parte de los coches no profesionales pasa el 95% de su vida aparcado.El mismo estudio señala que el principio fundamental del sistema es que elimina los "costes ocultos" en el funcionamiento del coche, puesto que se paga sólo por el uso concreto de los vehículos de la flota y es el gestor de ésta quien se encarga de la inversión inicial y de su mantenimiento.

El estudio de la PTP demuestran también que los clientes de estas redes racionalizan el uso de los vehículos y que incluso llegan a eliminar desplazamientos, por superfluos. De ahí que el coche compartido sea considerado por la PTP un sistema de "movilidad inteligente", además de sostenible.

Otra de las claves del sistema es que la flota de vehículos multiusuario se encuentre estacionada en el máximo número de aparcamientos y que éstos estén bien comunicados con la red de transporte público, de forma que los clientes puedan acceder rápidamente al servicio después de reservar el coche por teléfono o Internet. Asimismo, la flota de coches debe estar adaptada al máximo de necesidades que puedan tener los usuarios de la red: desde pequeños utilitarios para acompañar a un familiar mayor al médico, por ejemplo, a vehículos todoterreno para salidas de fin de semana.

Entre las ventajas del sistema de coche compartido, el estudio de la PTP señala que genera una media de ahorro en movilidad por persona de unos 2.000 euros anuales, beneficia a las empresas de transporte público porque se incrementa su uso, reduce hasta un 60% el consumo de carburante por persona, disminuye el ruido ambiental y las emisiones de contaminantes y se ahorra también en gastos de estacionamiento.

El sistema de coche compartido está plenamente implantado en países como Suiza, donde una cooperativa nacional cuenta con más de 45.000 clientes. En Alemania hay más de 60 organizaciones que suman 60.000 clientes, y también está muy desarrollado en Holanda.