Los Quince acuden a Bruselas más divididos que nunca por el conflicto

El pesimismo y la frustración por los enfrentamientos de los dos últimos meses causados por la crisis de Irak marcan la cumbre de la Unión Europea que se celebra mañana y pasado en Bruselas. Los Quince tienen previsto llegar a la capital comunitaria horas después del final del ultimátum dado por el Gobierno estadounidense al régimen de Sadam Husein. La reunión, si se mantiene, se celebrará en "la más grave crisis política" de la UE, según fuentes de la Comisión Europea.

Tras el ultimátum del presidente estadounidense, George Bush, el presidente francés, Jacques Chirac, afirmó ayer que "no hay justificación a una decisión unilateral de recurrir a la guerra". El embajador francés en Washington declaró, por su parte, que París ayudaría a Estados Unidos "en caso de que Sadam Husein use armas químicas o biológicas". El Vaticano, que ha desplegado una intensa actividad diplomática, lamentó el ultimátum y dijo a través de su portavoz que "el que decide la guerra asume una gran responsabilidad ante Dios y ante la historia". El canciller alemán, Gerhard Schröder, se dirigió a la nación para condenar la guerra y la muerte de inocentes que se avecina.

Tony Blair, primer ministro británico, intentaba anoche lograr en la Cámara de los Comunes una aprobación a su decisión de ir a la guerra sin el apoyo de la ONU. En un intento de tocar la fibra sensible de los diputados, Blair comparó a Sadam Husein con el Adolfo Hitler de 1938.