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El refugio del metro para indigentes estuvo ocupado un 33% más este año

El refugio nocturno del metro de Atocha, que abre cuando las temperaturas bajan de cero grados para los indigentes que no encuentran plaza en los albergues o no quieren ir a ellos, ha estado este año un 33% más ocupado que en 2002. Desde su apertura, el pasado 9 de enero, hasta su cierre, el 5 de marzo, ha registrado 4.892 pernoctas (nueve de cada diez de hombres), frente a las 3.675 del año pasado.

Este cobijo (un pasillo mal ventilado, sin camas, colchones, ni fuente alguna y con un solo retrete) ha tenido este año una ocupación media de 90 personas por noche (64 el año pasado), cuando está previsto para 80. En las noches más frías han llegado a hacinarse en él hasta 129 indigentes recostados sobre cartones. Como no cabían en el pasillo habilitado al efecto, tenían que tumbarse en el vestíbulo de la estación.

Hasta hace dos años la mayor parte de los usuarios de este refugio suburbano eran toxicómanos. Pero, tras la apertura de los centros de emergencia para drogodependientes de La Rosa (Moncloa) y La Rosilla (Vallecas Villa) y del albergue del poblado marginal de Las Barranquillas (Vallecas Villa), cada vez son menos los adictos que pasan la noche en esta estación de metro. Prefieren acudir a esos otros dispositivos, más cómodos, limpios y con mayor apoyo social.

Mayor uso de inmigrantes

Ahora, siete de cada diez usuarios de este cobijo son inmigrantes, algunos de ellos subsaharianos trasladados a Madrid desde Canarias por el propio Ministerio del Interior y otros llegados de Latinoamérica, Marruecos y países del este de Europa, como Rumania. Un trabajador social municipal acude cada noche al suburbano para atender a los albergados y también se acercan, a ofrecer calor humano, bocadillos, zumos, café y galletas, las ONG Solidarios para el Desarrollo y el Colectivo Amauta.

El Ayuntamiento de Madrid, de quien depende este refugio, decidió cerrarlo el 5 de marzo debido a la subida de las temperaturas. Pero, pese a la mejora climatológica, esa noche habían dormido en él 82 indigentes. Portavoces de la Concejalía de Servicios Sociales explican que "no se ha dejado a esas personas a la intemperie". "Les avisamos del cierre con una semana de antelación y les dijimos que teníamos reservadas 36 camas en los albergues de San Isidro, Mayorales y el de inmigrantes de la Casa de Campo por si querían recurrir a ellas. Pero ninguno lo hizo", añaden.

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Los albergues llevan todo el invierno saturados. Ayer, el pabellón de Mayorales tenía llenas 84 de sus 87 plazas; en el centro de acogida de San Isidro (296 camas) la ocupación era del 100%, del 89% en San Juan de Dios (230 plazas), del 100% en San Martín de Porres y estaban también ocupadas las 36 plazas en hostales. El albergue del Don de María (Centro), que ha llegado a albergar a 300 personas por noche cuando sólo tiene capacidad para 80, cobija ahora a unas 200.

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