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FÚTBOL

"El fútbol se cae por un precipicio"

Setién y Preciado lamentan que, tras la alarma inicial, se dé por bueno el 'caso Piterman'

"Actualmente, el fútbol lo admite todo. La llegada de Piterman al Racing es un hecho pionero en la historia del fútbol español, un asunto extraordinario con el que todos nos alarmamos. Pero ha persistido y ahora todo el mundo lo da por bueno". Acostumbrado a la destemplanza de los terrenos de juego y al frenetismo de los banquillos, a Quique Setién, el director deportivo del Racing hasta la llegada del todopoderoso Dimitri Piterman, la locura de los despachos futbolísticos le pilló desprevenido.

A finales de enero, un tipo de estampa elegante irrumpió en Santander, compró las acciones suficientes del club para dirigirlo cuando estaba al borde de la desaparición y apartó a Setién y al entrenador, Manuel Preciado, de su proyecto.

Setién y Preciado escogieron el silencio desde que el empresario estadounidense, de origen ucranio, les apartó del Racing y negoció su marcha. Ambos parecen dolidos, pero se contienen. Sin embargo, de la afición cántabra comienza a apoderarse la ira. Los últimos resultados están empañando la trayectoria de Piterman, que por lo menos llegó a arrojar un balance prometedor. Aunque comenzó con dos tropiezos, frente a Osasuna y Valladolid, logró tres victorias consecutivas: ganó 2-0 al Alavés y el Rayo y 0-3 al Villarreal. La clasificación apenas ha deparado cambios: el Racing sigue en la zona peligrosa de la tabla, flirteando con los puestos del descenso a Segunda.

Durante el encuentro que disputaron el sábado ante la Real Sociedad, la rabia y el desacuerdo se instalaron en las gradas de El Sardinero, hasta el punto de que el presidente-entrenador del club se encaró con un aficionado al término del partido.

"El fútbol está sometido a la dictadura del resultado, y esto no debe ser así, sobre todo ante acontecimientos como la aparición de Piterman. Es cierto que otros han hecho como él: poner el dinero y, por su condición de dueños absolutos, creer que pueden tomar decisiones. Y la gente lo termina aceptando", señala el ex director deportivo del Racing.

Setién agrega que su decisión de irse vino motivada por una cuestión de incompatibilidad: "No encajaba en lo que Piterman pretendía para el club. A Preciado y a mí nos propuso que siguiéramos, siempre y cuando él pudiera participar directamente en todas las decisiones, incluyendo las alineaciones y los fichajes".

Poco le ha durado a Setién su andadura en los despachos. "He podido ver cómo funcionan, cómo se mueven los dirigentes de los clubes y, sinceramente, son imprevisibles. En el campo conoces al enemigo, pero en los despachos te asedia por todos los lados". Es lógico que a Setién todavía le afecte el desánimo y el escepticismo porque, añade, "el fútbol requiere estabilidad y eso no existe actualmente. El fútbol se está cayendo por un precipicio".

En cuanto al cambio táctico experimentado por el Rácing, Preciado es tajante: "Nosotros éramos mucho más agresivos. Luchábamos por recuperar el balón lo antes posible, independientemente del rival. Ganamos al Madrid y al Depor, en la primera vuelta, por agresividad".

El antiguo preparador del Rácing no puede evitar la indignación cuando le recuerdan que al cabo de dos jornadas desde que asumiera la dirección del club Piterman ya pudiera sentarse en el banquillo: "En todas las facetas de la vida hay unas normas y hay que regirse por ellas. Sin embargo, en el fútbol no sucede así. Es intolerable que estas normas no valgan igual para todos".

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