Valencianistas en el centro de África
Una peña del Valencia CF, fundada en Etiopía, organiza campañas de ayuda a los países del tercer mundo
El 5 de mayo de 2002, dos goles de Ayala y Fabio Aurelio en Málaga daban la Liga al Valencia después de 31 años sin conseguirla. Los tantos fueron celebrados hasta en los rincones más lejanos. A cientos de kilómetros de distancia, en una población de Etiopía cercana a la capital Addis Abeba, junto al río Nilo, también se gritó gol por dos veces. Un conjunto de cuatro personas seguidoras del Valencia, que realizaban un voluntariado en el país africano en contra de la ablación, siguieron también el partido, con las bufandas de su equipo al cuello... y por teléfono. "Cada diez minutos llamábamos a España para ver cómo iban. Y vivimos ese entusiasmo muy intensamente, en el centro de África", cuenta José María Tomás Tío, uno de los voluntarios, junto a Pilar Mateo, Eduardo Castell y Alfredo Perales.
"No sé cómo se enteraron, pero el fútbol traspasa todas las fronteras"
"Hay niños que juegan a fútbol con una lata o un pomelo metido en un calcetín"
La alegría por el título llevó a este grupo de personas a llevar a cabo una iniciativa inédita: fundar una peña del Valencia en la misma Etiopía. La Penya Valencianista per la Solidaritat se creó el mismo día en que el Valencia ganó la Liga en Málaga, y su objetivo es "unir el valencianismo con la solidaridad". Para ello organizan campañas de ayuda a los países del tercer mundo, como la entrega la pasada Navidad de 2.000 juguetes nuevos a diversos países, la entrega de uniformes del Valencia a niños en centros de formación de Argentina, Honduras, Bolivia y Mozambique, y la mejora de las pésimas instalaciones deportivas que hay en muchas poblaciones. "Hay niños que juegan a fútbol con una lata o un pomelo metido en un calcetín", cuenta un miembro de la agrupación. La peña también negocia un acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo para erradicar la explotación infantil y pretende generar becas relacionadas con la práctica del deporte en estos países.
Al día siguiente del título de Liga, mientras toda la afición celebraba en Valencia la victoria, los cuatro componentes de la recién creada peña llegaron a una población en medio de la selva. Allí, un médico les preguntó de dónde venían. "¿De Valencia? ¡Pues han ganado la Liga!", les dijo a los sorprendidos valencianistas. "No sé cómo se enteraron, pero el fútbol traspasa todas las fronteras. Conocían a Carboni, Aimar, Ayala y Cañizares", recuerda Tomás Tío, presidente de la peña.
La agrupación ronda los 100 miembros entre personas e instituciones privadas (no admiten ayudas públicas), y sus cargos están representados como si se tratara de un equipo de fútbol profesional. Existe un entrenador, delantero, ojeador, masajista intelectual, central, presidente, etc. La peña tiene igualmente ocho miembros en ocho países diferentes para controlar que las ayudas se reciban correctamente y se lleven a cabo los proyectos. La Agrupación de Peñas del Valencia se ha comprometido además a apadrinar varios de los programas que se planteen, como la instalación de porterías en un campo o la construcción de unos vestuarios.
Otra curiosidad es el sistema de cuotas ideado por la peña. Además de una aportación fija de tres euros mensuales, los socios contribuyen con más donativos según los triunfos deportivos del Valencia. Si el equipo gana la Liga, por ejemplo, cada socio pagará 10 euros más; 9,90 por la Liga de Campeones; y 50 céntimos por cada punto sumado en la Liga. Y si en una temporada se ganan cinco títulos, la cifra es ya "un escándalo", 100 euros. Todo el dinero, claro, destinado a los países que más lo necesitan, a unir la solidaridad con el escudo del Valencia.
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