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Reportaje:

Se busca familia para encina centenaria

Voluntarios crean en Estepona el primer centro de España para la acogida y adopción de árboles

"Un ser vivo que puede vivir más de mil años aportando beneficios al planeta merece una segunda oportunidad". Esta es la premisa del Centro de Acogida y Adopción de Árboles (Acadarbol), abierto hace ahora una semana en la localidad de Estepona (Málaga), en plena Costa del Sol. Se trata de una empresa sin ánimo de lucro especializada en trasplantes de árboles. Sus integrantes recogen aquellas especies que van a ser irremediablemente taladas por la construcción de autovías, carreteras, pantanos, ferrocarriles, canteras o distintas obras, y, como si de una persona se tratara, les buscan un nuevo hogar donde puedan continuar su existencia.

Los componentes de Acadarbol S.L. proceden en su mayoría de empresas dedicadas a obras públicas, lo que aseguran les "ha permitido conocer de primera mano los daños y atentados ecológicos que se producen con la construcción de estas infraestructuras". Fue precisamente durante la realización de una cantera en Extremadura, hace ya cinco años, cuando decidieron probar suerte con los trasplantes, en este caso de cinco encinas centenarias que se iban a cortar para realizar la obra. "Demostramos, en contra de lo que sostenían los técnicos, que los quercus eran capaces de arraigar y seguir viviendo", recuerda con emoción Francisco Corbacho, fundador y portavoz del colectivo.

En aquella época crearon la cooperativa Salvar la Encina, que en estos cinco años ha trasplantado con éxito por toda la geografía española hasta 12.000 árboles, de los que 9.200 son encinas, robles y alcornoques centenarios. Acadarbol pretenden continuar con esta labor ecológica. "Hemos querido hacer un centro para que particulares o entidades a los que se ha autorizado la tala de árboles por construcciones o campos de golf se pongan en contacto con nosotros, para trasladarlos a nuestras instalaciones o hacer un trasplante directo a quienes requieran las especies, todo ello prácticamente sin coste alguno", explica Corbacho.

Para evitar la picaresca sólo trabajan con árboles que tengan permiso de tala, aceptado por la administración correspondiente. "Nuestro reto es dar una segunda oportunidad a los árboles condenados a ser cortados", señala Corbacho. Todos los ejemplares tienen su carta de origen, en la que figuran longitud, latitud, procedencia y el por qué se aceptó que se cortara.

El clima y la abundancia de arboleda han sido dos de los motivos fundamentales a la hora de elegir la costa malagueña para la implantación del centro, ya que las temperaturas suaves de la zona facilitan, según Corbacho, la rápida adaptación de los árboles y garantizan en gran medida el éxito de los trasplantes. De estos resultados dan fe el equipo de mantenimiento del campo de golf La Quinta, en el término de Benahavís próximo a Marbella, donde se ha trasplantado un gran alcornoque de entre 400 a 500 años que se iba a cortar por la construcción de viviendas.

El árbol, de 20 toneladas, fue trasplantado en noviembre y ya ha rebrotado. Debido a su peso, el ejemplar necesitó de una grúa adicional. Los responsables de las instalaciones, que califican de "estupenda" la idea, están pensando en convertir una parte del campo en vivero de árboles autóctonos. "Habrá un porcentaje que se salven y otro que no, pero con las obras no se iban a salvar ninguno", dicen.

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Obras que dejan un millón de huérfanos

Los pasos para la adopción de los árboles son, en primer lugar, ponerse en contacto con los responsables del centro de acogida, que dispone de un teléfono (952 808988) y de una página web, www.salvarlaencina.es.

Los técnicos de Acadarbol evalúan el terreno y los árboles que el particular está dispuesto a acoger, y se le da un baremo de costos. El trasplante de una encina, roble o alcornoque de cien años, cuyo cepellón (masa de tierra adherida a la raíz) requiere mayor tratamiento fitosanitario, y que tenga unos 70 centímetros de perímetro ronda las 420 euros. Cantidad que corresponde únicamente a los costos de los trabajos y el mantenimiento, ya que el árbol es gratuito. En la mayoría de los casos se trata de hacer una cesión directa, desde el lugar donde se retira el ejemplar hasta el receptor para reducir costos.

Coincidiendo con la apertura del centro, el pasado viernes trasladaron a los 6.000 metros cuadrados que constituyen las instalaciones, situadas junto a la N-340 cerca de Estepona, un hermoso acebuche de 900 años procedente del pantano de Alqueva, en la frontera entre España y Portugal. La obra, que comprende 35 kilómetros cuadrados de suelo español y 110 kilómetros de portugués, se ha llevado por delante 1.300.000 árboles, aunque se han podido rescatar algunos, entre ellos este ejemplar.

"Por desgracia son millones los árboles que se cortan todos los años por carreteras, pantanos o incidencias de obras", explica Corbacho. Lo cierto es que la lista de ejemplares en espera de ser trasplantados supera en muy gran medida a la demanda.

Los responsables de Acadárbol insisten en el importante papel que juega en este caso la sociedad. En este sentido, aseguran que son precisamente los particulares y entidades privadas los que hasta ahora han mostrado más sensibilidad medioambiental a la hora de invertir en ecología.

Las adopciones más importantes han correspondido a las han hecho las constructoras de las autovías, que han utilizado algunos de los árboles que se sacaban, para embellecer las carreteras.Corbacho aboga por una legislación para que los trasplantes se realicen con garantías, y apuesta por utilizar los árboles de 50 y 100 años en tareas de reforestación. "Las encinas tardan más de 30 años en ser adultas, y el problema de la deforestación es tan grave que 25 o 30 años pueden ser cruciales".

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