Cientos de manifestaciones contra la guerra recorren de nuevo las capitales del mundo

Un nuevo clamor internacional contra la guerra en Irak se oyó ayer en las principales ciudades del mundo, aunque esta vez las olas de pacifistas no se contaron por millones, como en la jornada del sábado 15 de febrero. Las congregaciones más numerosas se produjeron en Italia -donde 400.000 manifestantes se concentraron en Milán-, Francia y Yemen. Protestas menos multitudinarias se registraron en varias ciudades estadounidenses y capitales europeas, como Londres y Berlín. Australia y Japón fueron los primeros en lanzar el grito antibelicista mundial

En Europa, la nueva ofensiva de los pacifistas se vivió con mayor fuerza en Milán, donde la convocatoria del principal sindicato italiano, el CGIL, logró reunir a cerca de 700.000 personas, según los organizadores, y 400.000, según la policía. Los manifestantes recordaron al Gobierno de Berlusconi que Italia se paralizará en cuanto empiecen a caer las bombas. Igualmente, pidieron al mandatario que retire la oferta al Ejército de EE UU de utilizar sus infraestructuras de transporte para desarrollar su ofensiva.

En Francia, el número de manifestantes llegó a 150.000. Sólo en París, cerca de 80.000 personas (55.000, según la policía) desfilaron entre las plazas de la Nación y la República, con numerosas pancartas, la mayoría expresando su animadversión por el presidente Bush.

En Londres, la jornada estuvo marcada por una gran participación musulmana. Cerca de 5.000 miembros de esta religión realizaron la denominada ruta de las embajadas y se manifestaron ante las sedes diplomáticas de países como Arabia Saudí, Turquía, Siria y Egipto, para hacerles llegar el mensaje de que sin su cooperación es virtualmente imposible un ataque a Irak.

Cerca de 30.000 personas, según la policía, y 80.000, según las organizaciones convocantes, se manifestaron en Bruselas. Algunos políticos belgas participaron en la marcha. En la capital danesa, Copenhague, la cifra llegó a 10.000 personas, que concluyeron su caminata con una concentración en las inmediaciones de la embajada estadounidense.

En la capital alemana, Berlín, más de 115.000 manifestantes formaron una cadena humana que recorrió la ciudad de este a oeste y concluyeron el acto formando un eje de la paz de 35 kilómetros de longitud. Mientras tanto, ante la base aérea estadounidense de Francfort se congregaban otros 1.400 antibelicistas, con la intención de realizar una sentada pacífica de 24 horas, pero fueron desalojados por la policía.

En Washington, las protestas llegaron hasta la Casa Blanca. Varios miles de manifestantes -convocados por movimientos ecologistas, pacifistas y sindicales- se congregaron en el inmenso campo de césped situado entre la mansión presidencial y el Capitolio. Más de un centenar de protestas fueron convocadas en todo el país, aunque las principales se celebraban al cierre de esta edición en San Francisco y Los Ángeles, donde los organizadores esperaban concentrar a medio millón de personas.

Un centenar de jóvenes comunistas lideró la convocatoria en Moscú. Portando pancartas como "Bush asesino" y "Putin tiene que dimitir", los manifestantes se reunieron frente al Ministerio de Asuntos Exteriores para, después, iniciar una marcha que al final alcanzó el millar de personas

En Oriente Próximo, Yemen lideró el grito antibelicista con un recorrido por las calles de la capital, Sana, en el que participaron más de 100.000 personas. La protesta, convocada por el presidente, Alí Abdula Saleh, exhortó a los líderes árabes a adoptar una firme oposición a los planes estadounidenses. Cerca de 10.000 libaneses y palestinos también desfilaron por las calles de Beirut (Líbano) y Hebrón (Cisjordania).

Las primeras voces de rechazo contra la guerra se escucharon, dada la diferencia horaria, en Oceanía y Asia. En Nueva Zelanda, más de 3.000 manifestantes marcharon hasta la plaza central de la capital coreando "Give peace a chance" (Dale una oportunidad a la paz). Una cifra similar se reunió en las calles de las principales ciudades australianas, como Melbourne, Brisbane y Sydney, donde familias enteras participaron en picnis pacíficos y jornadas educativas sobre el no a la guerra.

En Asia, el rechazo a la guerra se escuchó con fuerza en Japón y Tailandia. Unos 10.000 antibelicistas inundaron las calles de la principal zona comercial de Tokio. En Bangkok, otros 3.000 manifestantes se congregaron frente a la delegación de Naciones Unidas.

En Lationamérica, la manifestación más importante se registró en Perú, donde un grupo de ciudadanos españoles, británicos y estadounidenses residentes en ese país realizaron una vigilia frente a la residencia del embajador estadounidense en Lima, hasta las 22.00 horas del viernes (5.00, hora peninsular española).