La izquierda cree que el escándalo de los sondeos inhabilita a Mas como candidato
Los partidos catalanes de izquierda señalaron ayer directamente al conseller en cap, Artur Mas, por el escándalo de la manipulación de sondeos oficiales y pusieron incluso en entredicho su candidatura a la presidencia de la Generalitat si antes no ofrece explicaciones convincentes. No fueron los únicos que lo exigieron: el presidente regional del Partido Popular (PP), Josep Piqué, consideró "muy grave" la situación y advirtió al Ejecutivo que la formación en Cataluña tiene autonomía para apoyar la comisión de investigación que propone la izquierda.
"¿Cómo puede aspirar a ser presidente de la Generalitat una persona que ha organizado una operación de falsedad y mentira en beneficio propio?", se preguntó ayer el portavoz de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. El dirigente del PSC emplazó a Convergència i Unió (CiU) a replantearse la candidatura de las próximas autonómicas si Mas no se explica y el Ejecutivo no asume más responsabilidades, como le exigió esta semana el Parlamento.
El portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Joan Ridao, señaló que el escándalo "afecta directamente a la candidatura de Mas" y le sugirió que destituya a su mano derecha, David Madí, del que dependían los barómetros oficiales: "Insistimos en que dimita el tonto e inútil, que todo el mundo identifica como máximo responsable, que es David Madí", opinó Ridao. También el presidente de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Joan Saura, consideró que Mas no puede presentarse a las elecciones sin aclarar antes lo sucedido. "Sería una ofensa para los ciudadanos que fuera el candidato", remachó.
Comunicado oficial
El primer sondeo oficial presentado por Mas, en agosto de 2000, se difundió con varias irregularidades: se ocultaron las notas del propio Mas, de Josep Antoni Duran y de Josep Piqué. En cambio, se facilitaron evaluaciones de Josep Lluís Carod, Rafael Ribó y Alberto Fernández Díaz, por quienes el cuestionario elaborado por la empresa Line Staff no preguntaba (véase EL PAÍS de ayer). "Tiene narices que se inventen una encuesta y encima suspendan", afirmó jocoso Fernández Díaz, a quien el sondeo concedió sólo un 4,73.
Mas y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, declinaron ayer dar su opinión sobre la encuesta manipulada. Tampoco Madí ha querido dar su versión, pese a que el viernes este periódico le planteó varias preguntas por fax, como había requerido.
El Gobierno emitió un comunicado en el que "desmiente nuevos errores en el barómetro de la acción del Gobierno de 2000", y reitera los argumentos ya expresados la víspera por fax a este periódico. La nota "constata" que las evaluaciones sobre Carod, Ribó y Fernández Díaz "coinciden con las que figuran en el informe público que se difundió a través de la oficina del portavoz".
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