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La mina de Aznalcóllar hizo vertidos durante 12 años con permisos provisionales

Durante 12 años, Boliden Apirsa -propietaria de la mina de Aznalcóllar, que ha causado el vertido tóxico en Doñana- no logró autorización definitiva para sus vertidos controlados. Debido a las deficiencias técnicas (filtraciones) de la instalación, sólo tenía permisos para ello, «en precario», de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. En todas las autorizaciones, la Confederación especificó: «La empresa será responsable de cualquier daño causado por el vertido». Ninguno de los permisos implicaba «el reconocimiento por parte de la Administración de que las obras e instalaciones son suficientes para asegurar la calidad deseable de los vertidos».

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