Tres de los cinco detenidos por su vinculación con Al Qaeda quedan en libertad sin cargos
Enrique Cerdá y Ahmed Rukhsar, encarcelados por presunta financiación de la banda
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, a petición del fiscal Pedro Rubira, dejó ayer en libertad sin cargos a tres de los cinco detenidos el pasado viernes en Valencia y La Rioja. Los sospechosos han permanecido cinco días detenidos, en aplicación de la ley antiterrorista, por una hipotética vinculación con la organización terrorista Al Qaeda, que dirige Osama Bin Laden. El juez, también a petición del fiscal, ordenó el ingreso en prisión del valenciano Enrique Cerdá y del paquistaní Ahmed Rukhsar, a los que imputa financiación de personas vinculadas a Al Qaeda.
Todos ellos fueron detenidos como consecuencia de una comisión rogatoria remitida por el juez francés Jean Louis Bruguiere a su colega de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, si bien la dirección de la operación estuvo encomendada al juez de guardia, Guillermo Ruiz Polanco.
Todos ellos declararon ayer en calidad de imputados y con abogado de oficio, tras haber permanecido cinco días incomunicados. Sólo dos de ellos, Enrique Cerdá Ibáñez y el paquistaní Ahmed Rukhsar, ingresaron en prisión, imputados por un delito de colaboración con banda armada. La acusación concreta es que financiaron presuntamente organizaciones islámicas, entre ellas Al Qaeda, según el auto de prisión.
Financiar atentados
Fuentes de la investigación señalan que Cerdá y Rukhsar financiaron actividades del presunto miembro de Al Qaeda Essa Ismail Muhamad, también conocido como Mohamed Essa o Issa de Karachi. Este personaje, que se encuentra en paradero desconocido, es sospechoso de haber manejado el dinero con el que se financió el atentado contra la sinagoga de Yerba (Túnez) el 11 de abril de 2002, en el que resultaron muertas 19 personas. El juez ha ordenado la búsqueda y captura de Issa de Karachi por presunto delito de pertenencia a banda terrorista.
Entre los indicios que se manejan contra Enrique Cerdá figura que Walid Nawar -hermano de Nizar Nawar, el terrorista suicida que cometió el atentado contra la sinagoga de Yerba-, que fue detenido el pasado mes de noviembre en Lyon (Francia), tenía en su poder una carta, en la que supuestamente el número tres de Al Qaeda, Jalid Sheik Mohamed, -detenido el 1 de marzo en Pakistán- indicaba al suicida Nizar que pidiera 5.000 euros a Cerdá.
Los investigadores sostienen que Cerdá y Rakhsar tenían el control de cuentas bancarias abiertas por Issa de Karachi en España, con las que se financiaban atentados. El dinero, según esas fuentes, llegaba del extranjero y era Issa de Karachi quien indicaba a Cerdá cómo manejarlo. La totalidad de esas cuentas llegó a ser de unos 10 millones de pesetas (60.101 euros).
Se sospecha que con esos fondos se compró el camión utilizado en el atentado contra la sinagoga tunecina, siempre según las mismas fuentes.
Los tres detenidos restantes, María Dolores Cerdá Ibáñez, hermana de Enrique; Federico Tarazona Tarazona y Francisco Palop Monje, quedaron en libertad y el juez simplemente les pidió que le notifiquen cualquier cambio de domicilio.
La declaración de Dolores Cerdá tuvo momentos dramáticos. La mujer, que padece una enfermedad, llegó al juzgado, con problemas para caminar, ayudada por una agente de la policía, y abandonó las dependencias llorando sobre el hombro de la misma agente.
Tras quedar en libertad, Dolores Cerdá cayó al suelo y sufrió un ataque de nervios. Fue atendida por personal de la Audiencia, pero poco después, llorando, gritaba: "Me han destrozado la vida".
Federico Tarazona, también entre lágrimas, se quejó de la incomunicación, aseguró que en los cinco días en los que permaneció detenido no pudo cambiarse de ropa y agregó que su único alimento en ese plazo fueron cinco manzanas. Por su parte, el abogado de Francisco Palop, el último detenido que también quedó en libertad sin cargo alguno, afirmó que su cliente había permanecido descalzo los cinco días que estuvo incomunicado y que los traslados desde Cullera a Alicante y entre Alicante y Madrid, los realizó con los ojos vendados. El letrado calificó de "torturas" esas actuaciones, que fueron realizadas para quebrantar la moral de su cliente.
Los 16 detenidos en Cataluña a instancias del juez Bruguiere por su presunta vinculación con Al Qaeda permanecen en prisión desde el 27 de enero, a pesar de que el magistrado francés no reclamó su extradición, y aunque se demostró que las sustancias que les incautaron eran inocuas.
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