La enseñanza incorpora la tecnología de forma desigual
En cinco años, España ha dotado a sus escuelas de infraestructura. Es decir, ordenadores y conexión a la Red. Aunque falta mucho camino por recorrer, la tecnología está ahí, en mayor o menor medida. Por cada 100 alumnos hay 6,4 PC.
Ahora queda que se use como herramienta didáctica. El ordenador, que suele estar en el aula de informática, debe saltar al resto de salas y, sobre todo, servir para enseñar todo tipo de materias.
Actualmente, el 95% de los colegios tienen conexión a la Red y el 42% cuentan con página web propia, según una encuesta a directores de colegios elaborada por la Unión Europea el año pasado. La misma encuesta a profesores revela que un 55% de los profesores usan el ordenador en clase y el 31% emplea Internet. Pero, si la asignatura no es informática, el uso de ordenadores en el aula es el más bajo de Europa (0,2 horas semanales de media).
Del CD a la formación en red
En 1998, Internet era una anécdota en las aulas universitarias. Hoy, es una necesidad. Todas incorporan las nuevas tecnologías a sus planes estratégicos. Ayer, la escasez de ordenadores limitaba la interacción entre alumnos, profesores e instituciones: se primaba el modelo estático, los contenidos en CD-ROM. Ahora, ha llegado el modelo dinámico: se apuesta por la formación en red donde el trabajo colaborativo es más fácil, y además, se forma a los alumnos en el lugar, la Red, donde recibirán la formación continuada cuando trabajen. El e-learning ya representa cerca del 2,8% de la formación empresarial en este país.
En 1998 se hablaba de estudiar en. Hoy, se habla de aprender desde o con. Antes, se estudiaba en una única facultad. Ahora la teleenseñanza prolifera. Por ejemplo, Intercampus en Catalunya o el G9.
Hoy, ya nadie duda de que con Internet la oferta educativa se amplíe con independencia del lugar y el momento. El reto ahora es mejorar la calidad de la enseñanza.
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