La propagación de los virus: del disquete al correo electrónico
Del disquete al correo. Éste es el resumen de cinco años de evolución y desarrollo de virus informáticos.
El ingenio de los autores de patógenos, centrados en lo que podría catalogarse como la era barroca de la virología, encontró nuevos horizontes con Windows 95: un nuevo sistema operativo, nuevos formatos de archivo, nuevas formas de residencia e infección de ficheros e incluso una nueva forma de programar, y lo más importante: una nueva vía de reproducción, de la mano de Internet. Bizatch, un rudimentario espécimen de los australianos Quantum y Qark, del grupo VLAD, se convertía en el primer patógeno Windows 95.
1998 supone el ocaso de los especímenes de DOS, el sistema operativo previo a W95. La transición es brusca: de los 10 patógenos más activos al cabo de los 12 meses, sólo tres (Concept, Npad y CAP) pertenecían a la nueva escuela. Al año siguiente, sólo cuatro (AntiEXE, AntiCMOS, One Half y Form) representarían a la vieja escuela. La transición estaba servida. La nueva referencia es Happy99 en 1999; programado por el francés Spanska ("español", en sueco) y con el lema "¿es un virus, un gusano...?" por bandera, fue el primer espécimen capaz de reproducirse en Internet, gracias al e-mail y el infectivo más propagado de la historia informática.
Ya no puede hablarse ni de virus ni de gusano, sino de i-worm. Antes de Happy99, los primeros infectaban ficheros y los segundos se reproducían enviando autocopias a otros PC en red; el patógeno sería un híbrido de ambos conceptos; detrás de él vendrían los célebres Melissa y I love you, responsables de las mayores epidemias de Internet.
El último mojón visible en el sendero de los virus es BubbleBoy, un gusano programado por el argentino Zulu que se encargó, a finales de 1999, de desmontar el dogma de que era imposible infectarse con sólo leer un e-mail, ya que era necesario ejecutar algún archivo adjunto para dar pie al contagio. Los virus parecen calmarse en 2001 y 2002, pero su efectividad progresa geométricamente.
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