Turismo proyecta nuevas categorías de hoteles rurales, costeros y urbanos

La Consejería de Turismo ha propuesto al sector una nueva normativa sobre hoteles que, como principal novedad, establecerá unas exigencias para la cualificación diferenciada según se trate de establecimientos de playa, de ciudad o rurales. Además de criterios tradicionales sobre instalaciones y servicios, se introducirán también elementos de evaluación relacionados con la ordenación urbanística.

La nueva normativa de hoteles será estudiada hoy por la Mesa del Turismo de Andalucía, órgano en el que están representadas la administración autonómica, la patronal y las dos centrales sindicales mayoritarias, ya que como todas las medidas y acciones de planificación emanadas al amparo de la Ley de Turismo aprobada en 1999 el propósito de la consejería que dirige el andalucista Antonio Ortega es consensuarla con el sector.

El proyecto de la consejería contempla que en la catalogación de los hoteles se consideren criterios que ayuden a conseguir los objetivos de sostenibilidad y de calidad del sector, y no sólo afecte a la oferta se servicios y a las características de las instalaciones, como ocurre hasta ahora. Pero además, entiende que no todos los hoteles cumplen la misma función, por lo que se establecerá una primera clasificación en función de la ubicación física y del segmento de actividad, en tres grandes grupos: hoteles de ciudad, de playa y rurales.

Para estos dos últimos especialmente se introducirán una exigencias urbanísticas, como una determinada relación superficie/plaza, de forma que el volumen de edificabilidad permitido vendrá determinado por el número de camas del que vaya a disponer el centro, con lo que se pretende evitar edificios de gran impacto paisajístico. El propósito que Turismo persigue con este tipo de medidas es "que no se construyan alojamientos en sitios inadecuados, que cualquier parcela no valga para hotel".

Para la concesión de categorías se considerarán además de cuestiones tradicionales, otros parámetros que mejoren la calidad global del sector como la eficiencia energética o el uso de energías renovables, los sistemas de eliminación de residuos, o la insonorización y otras medidas para paliar la contaminación acústica.

También se considerarán otros factores directamente relacionados con los servicios al cliente como la informatización, los sistemas de gestión, o la incorporación de nuevas tecnologías de la comunicación. Así por ejemplo, la consejería entiende que sería deseable que los hoteles de mayor categoría dispusieran de líneas de alta velocidad para conexión a internet de los clientes.

Otra de las principales novedades de la nueva reglamentación será además un sistema de evaluación permanente, según el cual la concesión de una categoría sería sometida a revisión al cabo de cinco años para garantizar que se mantienen los estándares de calidad exigidos.

La propuesta que la consejería trasladará hoy a empresarios y sindicatos contempla también la posibilidad de especialización de los hoteles, aunque aún tendrán que determinarse en qué segmentos concretos (golf, salud, náutica, congresos, etc..) y los requisitos que se exigirán en cada caso para expedir la correspondiente certificación.

Un portavoz de la consejería explicó ayer que "la filosofía básica del decreto de hoteles es tratar de conseguir la ordenación del sector más adecuada a las necesidades de calidad y sostenibilidad, y de adaptación a las nuevas exigencias de los mercados internacionales". Turismo cree que esta nueva regulación puede ser además una adecuada respuesta al debate sobre la idoneidad o no del modelo actual y a las aspiraciones de segmentos emergentes, evitando situaciones límite como la de plantear posibles moratorias a la construcción de nuevos hoteles en determinadas zonas.