Ultimátum para un cartel

El cartel, de apenas medio metro cuadrado, con la leyenda No a la guerra, que el diputado socialista Andrés Perelló colgó hace 12 días del balcón de su despacho en la tercera planta del edificio de los grupos de las Cortes Valencianas, lleva camino de entrar en la historia de los despropósitos parlamentarios. La presidenta de la Cámara, Marcela Miró, que hace una semana pidió por escrito a Perelló la retirada del cartel, por considerarlo "propaganda partidista", volvió a dirigirse ayer al Grupo Socialista, esta vez para dar un ultimátum: da un plazo de 24 horas para la retirada del pasquín, bajo la amenaza de "dar instrucciones a los servicios de seguridad de la institución" para que se pongan a disposición del diputado con el fin de que, "con carácter inmediato" y acompañados del parlamentario, procedan a quitarlo. Si no es retirado el cartel, advierte Miró, "se procederá a la ejecución subsidiaria de la medida" dispuesta en su escrito.

La respuesta de Perelló, que colgó el cartel después de que el PP se negara de forma reiterada a debatir en las Cortes sobre la posible guerra en Irak, no se hizo esperar ayer: "No entra entre las prioridades de mi agenda dedicarme a quitar la pancarta", dijo, para añadir que piensa "dejar actuar" a la presidenta de las Cortes "como ella sabe hacerlo".