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Los controles de alcoholemia descendieron en 2002 un 42%

La Policía Municipal prefiere seleccionar los lugares a hacer más número de pruebas 22.428 conductores fueron denunciados en 2002 en la capital por hablar por el móvil

Las pruebas de alcoholemia realizadas por la Policía Municipal descendieron un 42,2% el año pasado respecto a 2001, según los datos oficiales. Así, si en 2001 los agentes de Policía efectuaron 53.719 controles, el año pasado esa cifra se redujo hasta 34.039 (93 al día). Los controles de alcoholemia se dividen en tres grupos: los realizados tras un accidente, los motivados por una infracción de tráfico y los efectuados en controles preventivos.

El concejal socialista Eugenio Morales achaca esta disminución en los controles a la escasez de medios con los que cuenta la Policía Municipal. "En 2001 había siete equipos que se movían todas las noches por cuatro puntos distintos de Madrid. Desde 2002 sólo se opera cada día con un control de la Unidad de Investigación de Accidentes, al que se suman dos o tres los fines de semana", denuncia Morales.

Según la Policía Municipal, no se trata de poner más denuncias, sino de ser más eficaz. "Es preferible seleccionar y así poder tener controles 24 horas del día y en cualquier zona de la ciudad, de tal manera que el conductor sepa que en cualquier sitio puede ser requerido para hacer la prueba", explica Ángel Rabadán, responsable de la Subinspección Técnica de Tráfico de la Policía Municipal."Nos estamos centrando en los sitios donde más accidentes hemos registrado para intentar reducir así la accidentalidad y redistribuir a nuestros policías de la forma más eficaz. Nos centramos en la prevención, que es de lo que se trata", añade Ángel Rabadán.

De los 3.018 controles efectuados tras un accidente, 1.306 dieron positivo, 1.621 negativo, y 91 conductores se negaron a pasar la prueba. En el caso de los tests de alcoholemia realizadoss tras una infracción, 608 dieron positivo, 142 negativo y 55 se negaron a hacérsela. De los 30.216 controles preventivos que hizo la Policía Municipal en 2002, 1.092 fueron positivos, 29.103 negativos y 21 se negaron a hacerse la prueba de alcoholemia.

El exceso de alcohol sigue siendo uno de los problemas en la ciudad los fines de semana. En las noches del viernes y el sábado pasado se dispararon los casos de intoxicaciones etílicas en las calles de la capital, donde el Samur-Protección Civil atendió a 107 personas, la mayoría jóvenes de entre 18 y 25 años. De los 107 intoxicados, al menos tres eran menores, que quedaron a cargo de sus familias, y 31 precisaron traslado al hospital.

Las infracciones por exceso de velocidad detectadas por radares también han descendido. Frente a las 41.441 de 2001, los 15 cinemómetros de la Policía Municipal que actúan de forma fija y móvil detectaron 26.031 conductores infractores en 2002. Los responsables de la Policía Municipal también encuentran justificación a la rebaja. "Hemos confeccionado un mapa con las calles donde más corre la gente. Hemos visto que muchas vías se habían convertido en peligrosas para los peatones y que los conductores no respetaban los límites, por lo que hemos incidido los controles en esas zonas, en lugar de ponernos en otros sitios para imponer más denuncias", señala Rabadán.

Paseo de la Castellana

Un ejemplo de esta nueva política de controles se ha dado en el paseo de la Castellana, donde más han descendido estas sanciones: "Hemos puesto los radares a todas las horas del día y en lugares visibles para que los conductores sepan que no se puede correr. Esta medida se ha traducido en que los conductores están desmostrando más respeto a los límites de velocidad". Rabadán añade que el boca oreja también influye. "Además, nunca escondemos los vehículos radar, porque, en caso contrario, los conductores se sienten engañados, porque parece que la policía va a a cazarles", concluye.

Dentro de esta línea de prevención, la policía estudia instalar radares fijos en los puentes de la M-30 para evitar la impunidad de la que gozan algunos conductores que sobrepasan los 90 kilómetros por hora permitidos en esta vía. "Debe quedar claro que el infractor antes o después es denunciado y que el exceso de velocidad es una de las principales causas de accidentes en nuestra capital", explica Rabadán.

El año pasado los agentes rellenaron 602.833 boletines de denuncias (1.651 al día, de media). "En general el número de denuncias ha bajado porque somos más selectivos y hemos decidido ir a las cosas más graves para que las multas sean más efectivas. No se trata de multar por multar, como creen algunos conductores, para recaudar más dinero", confiesa Ángel Rabadán.

La mayor cantidad de denuncias fue, un año más, para los conductores que aparcaron mal: los agentes impusieron en los últimos 12 meses 272.892 sanciones por este motivo, lo que representa 747 cada día. Por meses, enero (35.717 denuncias) y febrero (31.167) fueron los periodos en los que más infracciones se detectaron en las calles de la capital. "Los parquímetros han supuesto un éxito total. Ha mejorado de forma importante la circulación y la gente ha comenzado a concienciarse del problema del aparcamiento", señala Rabadán.

Aparte de las infracciones por estacionamiento en lugares prohibidos, los agentes de tráfico impusieron 60.332 denuncias por aparcar en segunda y tercera filas. La circulación o el aparcamiento en el carril-bus contabilizaron 38.627 multas, a las que se sumaron otras 45.491 por no cumplir la ordenanza de carga y descarga.

El uso del teléfono móvil también se ha convertido en uno de los caballos de batalla de los agentes municipales. En 2002, impusieron 22.428 (61 al día) a conductores que hablaban mientras estaban a las manos de un volante. "Hemos detectado que esta prohibición se incumplía en Madrid de forma reiterada y que supone un claro riesgo para la circulación. Desde que estamos más pendientes en este tema, la gente va más pendiente porque es muy fácil verlos y denunciarlos", añade el mando policial.

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