Procesiones y guerra
Suenan las trompetas y tambores, pero no es por la semana santa, sino por la guerra que amenaza la vida de cientos de inocentes iraquíes. En esta encrucijada la Junta Mayor de Hermandades de Alicante ha decidido colgarse la chapa de militantes populares y honrar al mediático, a base de dinero, ex presidente Zaplana. Este flamante ministro, rey de Solmanía, es compañero de ilusiones del belicista Aznar. Es su amigo y compañero en estos momentos en los que están a punto de enviar a la muerte a niños, mujeres y ancianos. Como miembro de la Semana Santa Alicantina me avergüenza cómo nos hemos arrodillado ante el dios subvención en lugar de seguir uno de nuestros principales mandamientos: No Mataras; ya sea de manera directa o indirecta. No podemos ser cómplices de la barbarie.
Cuando la Iglesia ha mostrado su repulsa a esta guerra, los responsables del asociacionismo religioso no sólo no la condenan sino que homenajean a uno de los responsables de que el Estado español participe en ella. No se puede estar en misa y repicando, no se puede abogar por la paz y a la vez rendir tributo a los que preparan la guerra.
Pero no es mi intención criticar a la Junta Mayor de Hermandades, este hecho se descalifica por sí solo. Esta carta es un llamamiento a los ciudadanos de Alicante a que este sábado acudan en masa al Pregón de Semana Santa a clamar en defensa de la Paz. Llenemos las puertas del Teatro Principal con el grito de No a la Guerra, no permitamos que el silencio de los alicantinos sea lo que se lleve don Eduardo a Madrid, ojalá le estallen los oídos de Paz y abandone su sordera para ponerse de nuevo al lado del pueblo.
Como ciudadano os pido que el sábado a las 18.30 estéis junto a muchas mas amigas y amigos haciendo llegar este único mensaje a nuestros políticos: No a la Guerra.
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