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El Reino Unido pretende eliminar a España como receptora de fondos regionales de la UE

La propuesta mantendría las ayudas sólo para Grecia y Portugal más los países de la ampliación

Carlos Yárnoz

La luna de miel entre Londres y Madrid en política europea y exterior sufrió ayer algo más que un malentendido. En un documento de 50 páginas titulado Una política regional moderna para el Reino Unido, el Gobierno británico, aliado de España en el conflicto bélico y en la estrategia de construcción europea, propone que sólo tengan acceso a los fondos europeos los países que no superen el 90% del PIB medio por habitante de la Unión y que, en el resto de los casos, las ayudas regionales sean gestionadas por cada país y no por Bruselas. España, el país más beneficiado en la actualidad por esas ayudas, ya no tendría derecho a las mismas, que quedarían reservadas sólo a Grecia y Portugal, además de los 10 Estados que se unirán el año que viene a la UE.

"La ayuda regional en los Estados más prósperos, con un porcentaje de PIB por habitante superior al 90%, que es el criterio usado para el Fondo de Cohesión, sería aportada a nivel nacional", señala en la página 27 el informe, firmado entre otros por el ministro de Finanzas, Gordon Brown, y por el viceprimer ministro, John Prescott.

Es ésa la frase más clara en la que se define la filosofía del explosivo informe en el que se proponen restrictivos criterios de reparto y, sobre todo, una verdadera renacionalización de las ayudas sustrayendo esa competencia a Bruselas, algo que tímidamente apuntaron hace dos años los socialdemócratas alemanes sin concretarlo.

La diferencia de la propuesta británica con la situación actual es abismal. Hoy, los 210.000 millones de euros (unos 54.000 para España) para el periodo 2000-2006 en fondos regionales o estructurales (80%) y fondo de cohesión (20%) se reparten de la siguiente manera: aproximadamente dos tercios de las ayudas o fondos regionales se destinan a regiones cuyo PIB por habitante no supera el 75% de la media en la Unión Europea.

Se trata de las denominadas regiones objetivo 1, en las que se incluyen ahora once regiones españolas. El fondo de cohesión sí se distribuye a países que no superan, en cálculos a nivel nacional, el 90% del PIB medio por habitante.

España, según estimaciones difundidas ayer mismo por la Comisión, se situará en el 92% del PIB medio europeo por habitante cuando en 2006 se cierren las negociaciones para el nuevo reparto de fondos regionales para el periodo 2007-2013. Por tanto, y según el documento británico, España quedaría fuera del reparto y tendría que ser el propio Gobierno español el que habilitara fondos y ayudas para las regiones menos favorecidas aunque bajo la supervisión de Bruselas para evitar distorsiones. "Hay que descentralizar Europa", señala el informe. Según los cálculos de Bruselas, tras la ampliación, sólo Andalucía y Extremadura tendrían garantizadas las ayudas en 2007 con el sistema actual (en la actualidad son 11 las comunidades españolas receptoras).

Para Bruselas, sólo los fondos especiales como los denominados Interreg o Equal, que únicamente suponen el 2,5% de los fondos estructurales actuales, seguirían siendo repartidos desde Bruselas. "Los países menos prósperos seguirían recibiendo un apoyo que sería proporcionado a su riqueza nacional", indica el documento, si bien, agrega la cautela de que "tendría que ser monitorizado y evaluado para proteger el presupuesto comunitario contra el fraude".

Para países más desarrollados y ricos, Londres cree que se acaba la hora de percibir ayudas. "El Gobierno británico cree firmemente que, tras la ampliación, los países más ricos no pueden seguir teniendo derecho a percibir importantes ayudas al desarrollo procedentes del presupuesto comunitario".

Para Londres, resulta obvio que países que hoy son contribuyentes netos al presupuesto de la UE (como Reino Unido, Alemania, Suecia u Holanda) "verán inmediatas ventajas al reducir su contribución", una fórmula que "representa la mejor política para las regiones, los Estados miembros y la UE en su conjunto". La propuesta mereció el inmediato rechazo de los comisarios de Política Regional, Michel Barnier, y Asuntos Sociales, Anna Diamantopoulou. Para el primero, es impensable que se intente "renacionalizar políticas comunitarias". Para la segunda, supone "la quiebra de una de las bases de la UE", porque la política regional es fundamental para la solidaridad en la UE e intentar acortar las disparidades.

El "cheque británico"

Fuentes próximas a Barnier añadieron que, dada la contundencia del informe, sólo puede interpretarse como "una posición para empezar a negociar", una vez que Londres no sólo ha visto anulados sus intentos de rebajar al máximo los fondos agrícolas, por ejemplo, sino que ha sufrido ya los ataques de Francia (la gran beneficiada de la política agrícola común) y Alemania (los länder del Este reciben fondos regionales) cuando ambos han puesto en entredicho la subsistencia del cheque británico.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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