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El BCE combate la incertidumbre con una leve bajada de los tipos de 0,25 puntos

El precio del dinero se sitúa en el 2,5%, aunque Duisenberg insinúa próximos descensos

El Banco Central Europeo (BCE) dejó ayer en un 2,50% el tipo de interés de la zona euro, un cuarto de punto por debajo del 2,75% fijado el 6 de diciembre pasado, ante la incertidumbre sobre la recuperación económica en la zona euro. La decisión decepcionó en los mercados, que consideraban apropiado medio punto, pero deja abierta la posibilidad a futuros recortes, según insinuó en rueda de prensa el presidente de la autoridad monetaria, Wim Duisenberg. La bajada sitúa los tipos como estuvieron entre abril y octubre de 1999.

Debido a que el llamado diferencial de tipos con Estados Unidos -mide la diferencia con el precio del dinero fijado por la Reserva Federal, el banco central estadounidense, actualmente en un 1,25%- disminuyó menos de lo que se esperaba, el euro llegó a apreciarse por encima de 1,10 dólares antes de volver a caer levemente. Duisenberg, de todas formas, aseguró que la reciente apreciación de la moneda única "no socava las ventajas competitivas de la zona euro" en materia de exportaciones.

La subida del euro, por el contrario, ha aumentado el margen de maniobra del BCE, cuyo principal cometido es el control de la inflación. Si la moneda única se revaloriza frente al dólar, las importaciones resultan menos costosas y ello suaviza, asimismo, el aumento de los precios al consumo. Paralelamente, "el moderado ritmo de crecimiento económico también debería reducir las presiones inflacionistas", según afirmó Duisenberg en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de Gobierno del BCE, ayer, en Francfort. Una inflación por debajo del objetivo del 2% y con más del 50% de la economía de la zona euro estancada justifican la bajada, aunque el recorte podría haber sido el doble.

Menor crecimiento

La autoridad monetaria, de hecho, ha recortado sustancialmente sus previsiones de crecimiento y, en línea con organismos como el Fondo Monetario Internacional, ya sólo espera un aumento de la actividad económica del 1% como media en la zona euro este año. Las principales razones para la desaceleración (especialmente notoria en Alemania, que representa cerca de un tercio del producto interior bruto comunitario) son las "tensiones geopolíticas" (eufemismo para la cada vez más inminente guerra con Irak, según Duisenberg) y el consiguiente aumento de los precios del petróleo.

En el último trimestre del año pasado, la economía de los 12 países participantes de la moneda única apenas creció un 0,2%, según dio a conocer ayer Eurostat, la oficina estadística de la UE, que cifró en un 0,8% el aumento del PIB en la zona euro en 2002. La OCDE anunció ayer que hará una fuerte revisión del crecimiento para la zona euro, previsto ahora en el 1,8%.

Si todo esto es así, ¿por qué no recortar de manera más drástica los tipos? Preguntado una y otra vez, Duisenberg dejó claras dos cosas: que en el Consejo de Gobierno de la autoridad monetaria hay discrepancias sobre el rumbo a seguir y que, de todos modos, el BCE podría volver a actuar próximamente. A diferencia de lo que suele hacer cuando hay un amplio acuerdo, evitó pronunciarse ayer sobre la "unanimidad" del gremio de banqueros centrales, y tan sólo habló de "una decisión colegiada".

Sea como fuese, "el Consejo de Gobierno, dependiendo de ulteriores desarrollos, está listo para actuar de manera decisiva y en el momento apropiado", advirtió Duisenberg en dos ocasiones. "Los tipos de interés del BCE han llegado a niveles muy bajos", señaló también, en posible alusión a que la autoridad tiene que mantener un margen de maniobra para futuros movimientos.

En la última rueda de prensa de febrero, el holandés había dicho que una bajada de tipos supondría apenas "una gota que se perdería en un océano de incertidumbre". Ayer volvió a utilizar este símil -habló de que el BCE había optado por "una y no dos gotas"-, pero reiteró que sigue siendo muy difícil determinar qué deparará el futuro. "No podemos ni hemos querido especular sobre cómo se desarrollarán los acontecimientos una vez que estalle la guerra", alcanzó a decir.

Caída de las bolsas

Los mercados reaccionaron con descensos a la bajada de tipos. Las bolsas europeas, que en la apertura se movían con un escaso volumen de negocio, esperaron con ligeras subidas la decisión de la autoridad monetaria europea, informa Luis Aparicio. Una vez conocido el recorte, iniciaron una suave tendencia bajista que se confirmó con la negativa apertura de las bolsas estadounidenses. Así, el Ibex 35 cerró con una caída del 1,07%, París perdió el 0,77%, Francfort el 2,42% y Londres -su banco central repitió tipos en el 3,75%- retrocedió sólo el 0,23%. Aunque las inquietudes de los inversores en acciones se decantan más por la marcha del conflicto entre Estados Unidos e Irak, esperaban una caída de 0,50 puntos en el precio del dinero, por lo que la decisión de Duisenberg fue mal recibida.

Los inversores buscan en un mayor descenso de los tipos tanto la pérdida de atractivo de los productos sin riesgo que empuje al dinero a acudir a la bolsa como una rebaja de los costes financieros empresariales que se traslada a un incremento de sus beneficios.

Pero la modesta rebaja de tipos benefició al euro, que volvió a situarse por encima de los 1,10 dólares, aunque a medida que avanzó la jornada perdió esta cuota hasta los 1,0991 dólares. Esta mejoría del euro se explica en que resulta más interesante tener depósitos en euros que en dólares, y, además, las posibilidades de revalorización de los bonos europeos son superiores a los estadounidenses, por cuanto en Europa todavía hay opción a tipos de interés más bajos.

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