Abu Sayyaf reivindica el atentado en Filipinas
La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, excluyó ayer que soldados de Estados Unidos participen en los combates contra la rebelión musulmana en Filipinas a pesar del atentado que el martes causó 21 muertos en el aeropuerto de Davao. "En términos de política, pongo la línea que no deberá ser cruzada en los combates en tierra. Quiero que sean nuestros soldados los que combatan, no los suyos", dijo sobre una cuestión muy polémica en Filipinas.
Un proyecto prevé el despliegue este año de 1.700 soldados estadounidenses en Filipinas para ayudar al Ejército a combatir contra el grupo de Abu Sayyaf en la isla de Jolo.
La presidenta Arroyo realizó su discurso en Davao, donde viajó un día después del atentado que provocó 21 muertos, entre ellos un misionero estadounidense, y cerca de 150 heridos.
Uno de los dirigentes de Abu Sayyaf reivindicó ayer el atentado; pero el Gobierno ha anunciado al mismo tiempo la detención de nueve miembros de la principal guerrilla musulmana, el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI).
La Constitución de Filipinas prohíbe que soldados extranjeros combatan en suelo filipino y Arroyo agregó que el Gobierno de EE UU estaba dispuesto a aportar su ayuda de la forma en que le sea solicitada. "En materia de ayuda, tengo un parámetro: en tierra, nuestros soldados son capaces de combatir, pero la ayuda en los campos de la vigilancia, del material y del entrenamiento, eso es posible", señaló. Tropas de EE UU ya han participado en el entrenamiento de soldados filipinos.
