Roca rechaza que se instale el "espíritu de la reforma" constitucional
"La reforma de la Constitución como deporte no conduce a nada". Miquel Roca, ex diputado catalán y uno de los siete ponentes de la Constitución, aprovechó ayer el primer acto del jubileo civil con motivo del vigésimoquinto aniversario de la Constitución para reflexionar sobre una eventual modificación del texto de la Carta Magna para adaptarlo a la sociedad española actual. El antiguo hombre de Convergència i Unió en Madrid no descartó esa posibilidad, sobre todo en aspectos puntuales como el Senado, pero rechazó "instalarse en el espíritu de la reforma".
Roca asistió como invitado en el salón de Columnas del Congreso de los Diputados a la presentación del libro La Constitución Española de 1978 en su XXV aniversario. Esta obra, promovida por el Instituto Internacional de Ciencias Políticas, es un grueso volumen de 1.500 páginas, escritas por 168 personalidades de la política, la judicatura, la economía o la filosofía, que a través de breves ensayos dan testimonio de adhesión a los valores de la Constitución. En el acto también intervinieron la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi; el ex presidente del Tribunal Constitucional Juan Cruz Villalón y los directores del libro, Manuel Balado y José Antonio García Regueiro.
Roca recomendó que cualquier modificación de la norma fundamental del Estado se haga a partir del acuerdo político. "La Constitución de 1978 tiene una trampa: se hizo, se vive y se reforma desde el consenso. Si éste no se da, habrá tensión y diálogo agrio", afirmó.
El padre de la Constitución calificó a ésta de "símbolo de la normalidad democrática", y recordó que "ganar la libertad es fácil, pero vivir en libertad es mucho más difícil". Se debe aprovechar el aniversario para "recuperar la memoria histórica" y "recordarnos a nosotros mismos con orgullo que conseguimos algo todos juntos", añadió.
A la presentación del libro, cuyos beneficios se destinarán a Unicef, asistieron, entre otros, el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo, el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, y el ex secretario general de CC OO Marcelino Camacho.
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