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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Como en Chicago

Madrid no es el Chicago de los años treinta, pero al actual ritmo de un asesinato cada tres días -18 en lo que va de año- puede terminar por parecérsele. Las autoridades de Interior, y en especial el delegado del Gobierno en la Comunidad, más preocupado por poner pegas al derecho de manifestación que en garantizar la seguridad pública de los ciudadanos, deberían tomar muy en serio esta escalada de violencia, obra en gran parte de bandas organizadas, adoptando medidas más eficaces de prevención policial, aparte de las meramente represivas del Código Penal. Ante la contundencia de las cifras, resultan ofensivas ocurrencias como la del ministro Acebes, que ha declarado que "el PSOE puso a los delincuentes en la calle y el PP procurará que estén en la cárcel".

De momento, los autores del ametrallamiento de dos personas el pasado miércoles en una calle de Madrid, ejecutado en el más puro estilo mafioso, no han sido detenidos, como tampoco la mayor parte de los autores de los 18 asesinatos cometidos este año. Sólo seis han sido resueltos porque sus autores han sido pillados in fraganti o se han entregado. Desde luego, no es fácil detener a delincuentes que actúan a cobijo de grupos organizados. Las víctimas del ametrallamiento del miércoles, de nacionalidad búlgara, habrían sido objeto de un ajuste de cuentas entre bandas rivales de países del Este dedicadas al robo y contrabando de vehículos de lujo.

La delincuencia organizada, la más mortífera, no incide de modo tan directo sobre la población como la llamada menor -la del tirón y asalto callejero-, pero ha hecho de España uno de los países de la UE con tasa más elevada de homicidios. A ello han contribuido en los últimos años grupos criminales, formados por extranjeros con ayuda de españoles, que operan sobre todo en Madrid y en las autonomías del arco mediterráneo. De los 18 asesinatos habidos este año en Madrid, al menos 7 tienen marca mafiosa.

Si la delincuencia en general exige una labor policial de información y prevención, con mayor motivo la organizada. Por la brutalidad de sus métodos, la sofisticación de sus armas y la determinación de quienes la practican, exige una respuesta policial mucho más especializada y constante que la común. Si no se la controla, al menos en Madrid y en otras partes de España, terminará por incidir, tanto o más que la delincuencia menor, en la sensación de inseguridad de la población en general.

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