"Al oír tantos disparos creí que era la guerra o algo así"
Más de 50 casquillos quedaron esparcidos frente al número 34 de la calle del Jazmín, en Pinar de Chamartín. La lluvia de disparos de metralleta alarmó a un barrio tranquilo en el que no se producen casi problemas, según comentaron los vecinos de la zona. "Estabamos en la barra y pensábamos que eran unos chavales jugando con petardos. Hemos salido a la calle y nos hemos dado cuenta de que se habían cargado a dos tíos. Escuchamos cómo uno de ellos decía al otro: 'remátalo, remátalo que todavía está vivo'. El que gritó eso no tenía acento extranjero. Mientras, uno de los heridos, agonizante, trataba de coger una pistola que llevaba en el pantalón ", relataron dos camareros de la cafetería F. Jiménez, en la calle del Jazmín 32.
El suceso alarmó a todos los vecinos de la zona, que no se atrevieron a asomarse a los balcones ni a las ventanas, ante el temor de que se repitieran los disparos. "Me ha dado tanto pánico que en cuanto he oído los disparos he llamado a la policía y al 112. En ambos sitios me han dicho que habían recibido muchísimas llamadas por el incidente y que ya habían mandado a varias patrullas", señaló una vecina, con cierto nerviosismo.
"Lo único que alcanzamos a ver fue a dos individuos corriendo hacía abajo, para subirse a un Audi A3 rojo, donde esperaba el conductor. Uno de los delincuentes vestía chaqueta negra y el otro pantalones oscuros con un jersey marrón", señalaron los vecinos de la zona.
"Estaba estudiando en mi cuarto cuando escuché los disparos. Me asusté mucho. Pensé que era la guerra o algo así. Me asomé al balcón de mi casa y alcancé a ver un coche que se marchaba a toda caña", recordaba un estudiante de 10 años.
"No sé a dónde vamos a llegar... Vas paseando por la calle y te encuentras que dos desalmados la emprenden con metralletas contra otros. Además, la primera impresión que nos ha dado es que los muertos eran muy jóvenes. A esto no hay derecho", añadió asustada otra mujer.
Estos dos homicidios elevan a tres los registrados este año en Ciudad Lineal. El primero se produjo el martes 14 de enero, cuando el inmigrante ecuatoriano Rómulo José R. T., de 23 años, murió tras ser apaleado en una reyerta con otros cinco compatriotas en la calle de Virgen de la Roca, en el barrio de la Concepción.
