Fabricantes y operadores se alían para una telefonía móvil interconectada sin obstáculos

La industria de telefonía móvil se ha puesto finalmente de acuerdo para que funcionen sin obstáculos los servicios de datos que se están poniendo en marcha en las redes actuales GSM y GPRS. Lo que se quiere conseguir es algo aparentemente trivial: que los usuarios puedan enviar y recibir con su teléfono móvil datos multimedia con independencia del operador y redes que utilicen y del país en que se encuentren. En la práctica, la falta de interoperabilidad de las nuevas aplicaciones entre países o algunas redes hace que el mercado no pueda crecer.

Tanto para los operadores y fabricantes de redes y terminales como para los suministradores de servicios y contenidos es fundamental que las nuevas aplicaciones de datos con el móvil sean fáciles de utilizar y lleguen siempre a su destinatario, porque de otro modo es imposible que haya demanda. La industria en su conjunto así lo ha comprendido y el pasado mes de junio creó la alianza OMA (Open Mobile Alliance), que en noviembre ya contaba con más de 300 miembros. Ha sido en el congreso de móviles 3GSM, celebrado la semana pasada en Cannes, donde se han dado a conocer las primeras especificaciones que facilitarán la ansiada interoperabilidad de aplicaciones.

Lo que une a los miembros de la alianza OMA es el convencimiento de que la industria de móviles sólo crecerá si sus distintos representantes (operadores, suministradores de redes y terminales, empresas de tecnologías de la información, desarrolladores de aplicaciones y proveedores de contenido) son capaces de ganar dinero y de que se ofrecerán servicios móviles atractivos y simples de usar para usuarios de todo el mundo.

Para ello, la alianza trabaja en la definición de unos requerimientos compartidos por toda la industria, con una arquitectura común, unos estándares abiertos para el desarrollo de nuevas tecnologías y servicios y la interoperabilidad de las mismas de extremo a extremo.

De momento, OMA ya ha creado dos conjuntos de especificaciones, uno para contabilizar el uso de los dispositivos y que sirva de base para la posterior facturación y otro para facilitar el acceso directo a aplicaciones. También ha aprobado las pruebas necesarias de interoperabilidad de la mensajería instantánea y los servicios de localización y sincronización de datos. Se han creado dos grupos de trabajo, para comercio electrónico y juegos.

Los operadores son los primeros interesados en que se cumpla este compromiso de sus suministradores porque sus ingresos de voz y mensajes cortos tienen poco margen de crecimiento, sobre todo si este año la Unión Europea obliga a bajar las tarifas de telefonía móvil.

Apertura de redes

En paralelo a los trabajos de la OMA, multitud de fabricantes anunciaron en Cannes diversos acuerdos para hacer compatibles sus equipos y terminales entre sí. "La apertura e interoperabilidad de las redes es fundamental para el desarrollo de los servicios móviles", aseguró Lars Bergqvist, vicepresidente ejecutivo de redes de Nokia. Para lograrlo, la compañía finlandesa se ha puesto de acuerdo con Ericsson y Siemens para que los datos se transmitan sin problemas entre las redes GRPS de los tres fabricantes. Cerca de 25 compañías han suscrito una iniciativa para normalizar los interfaces de las futuras estaciones base.

Rob Conway, máximo responsable de GSM Association, que reúne a los principales operadores del mundo señala: "Nuestro principal objetivo es acelerar el desarrollo e interoperabilidad de servicios multimedia móviles avanzados, con el énfasis en la introducción acelerada de servicios 3G en todo el mundo". Aumentar la interoperabilidad de los MMS es la máxima prioridad de la asociación.

El deseo de los operadores de móviles y de los suministradores de aplicaciones y contenidos es que los servicios actuales y futuros sean independientes de la red móvil que los transmite y de la tecnología utilizada. En la actualidad no es así, porque cada operador ha construido su red de transporte de voz y datos móviles y las aplicaciones con equipos de unos fabricantes que no necesariamente son compatibles con los competidores.

La telefonía móvil, al igual que la fija, está estructurada en varias capas. Por encima están las redes, sean GSM, GPRS o en el futuro UMTS o de tercera generación. En la capa inferior, más próxima al usuario, están los servicios que ofrece el operador a su cliente, como Emoción en el caso de Telefónica Móviles.

A nivel de red no existen problemas de compatibilidad entre distintos operadores, porque están definidas y todos los fabricantes se someten a ellas. En todo caso, se trata de que diferentes operadores lleguen a acuerdos comerciales entre sí para que se produzca la itinerancia o roaming. Donde se plantean todos los problemas es en la capa intermedia o de aplicaciones y donde residen las numerosas plataformas existentes: mensajes cortos o SMS, mensajería multimedia o MMS, Java, servicios Web e iMode, entre otros.

Muchas plataformas

El operador adquiere estas plataformas a uno o varios suministradores y debe hacer que se entiendan con sus redes. Una vez las plataformas que va añadiendo funcionan con su red ha de ponerse de acuerdo con operadores de su mismo país y de países distintos. El proceso de interoperabilidad, a medida que se amplía el número de operadores y de aplicaciones y éstas últimas se vuelven más sofisticadas, es más complejo. En su día, los operadores también se debieron poner de acuerdo para compatibilizar sus mensajes cortos SMS. Lo que ocurre es que ha sido un proceso gradual, dilatado en el tiempo y el protocolo SMS es muy simple ya que ya formaba parte de la especificación inicial GSM. Con datos multimedia que incorporan texto, voz e imágenes la transmisión se complica. Con el lanzamiento de la mensajería multimedia MMS en España, cada operador primero hizo que funcionara con clientes de su propia red que tuvieran el terminal. Ya funciona con los tres operadores españoles. Hará falta tiempo para que se garantice que dos europeos pueden enviarse una imagen, aunque ambos tengan MMS.

Para los desarrolladores de servicios, la independencia de la red es básica, porque una vez que consiguen atraer demanda con un operador, lo pueden ofrecer a otros sin necesidad de adaptaciones. Lo ideal, piensan muchos expertos de la industria móvil, sería que se creara una capa intermedia entre la red y las aplicaciones totalmente normalizada, pero también se reconoce que en un entorno tan cambiante y con tantos intereses es difícil de poner en marcha. Como se ha demostrado con el imprevisto éxito de los mensajes cortos, o con el fiasco del WAP, la industria de móviles está abocada a un proceso de prueba y error.