Encuestas
Malos tiempos para aquellos a los que las encuestas no les resultan del todo favorables. En esta semana se darán a conocer distintos sondeos, tal y como viene ocurriendo últimamente, con motivo del 28-F. Sus resultados van a coincidir en algo fundamental, como es el hecho de que los socialistas incrementan su distancia con respecto al Partido Popular, hasta el punto, incluso de acariciar la mayoría absoluta. Otra tendencia común a todas las muestras demoscópicas es que se resalta, sistemáticamente, la idea de que el gobierno central perjudica a Andalucía.
Ante la contumacia de estas señales que una y otra vez se producen sólo cabe descalificaciones mayúsculas con las que eludir así cualquier autocrítica. De modo que en estos días desde las filas populares volveremos a escuchar argumentos realmente graves que hablan de esa supuesta falta de libertad en Andalucía para tratar de explicar tanta unanimidad de las encuestas en contra de ellos. Una afirmación categórica y absolutamente descalificadora que dice mucho del concepto y el talante democrático de quien la emplea.
Si fueran consecuentes con lo que denuncian, ni siquiera tendrían que asistir a los actos institucionales que se celebran con motivo del Día de Andalucía para resaltar de esta forma, ante todo el mundo, esa supuesta falta de libertad existente en nuestra comunidad. Pero la sangre no llegará al río. Tendremos una fiesta en paz y para que se demuestre la voluntad real de acuerdo y concertación ahí está el nuevo intento de encasquetarnos las Políticas Activas de Empleo después de años de vergonzante retraso. Así habrá algo de lo que presumir y salvar la cara ante ese estado de opinión profundamente instalado entre los andaluces y que señala lo pernicioso que resulta el Ejecutivo central para los intereses de nuestra comunidad.
La festividad puede que venga acompañada de la jubilación, a toda prisa, del presidente de Cajasur, Miguel Castillejo. Siempre dijo que aguantaría hasta que Dios le diera fuerzas y que su problema era que no encontraba en el clero a nadie adecuado para sustituirle. Pues bien, todo hace indicar que la Iglesia sí ha hallado a esa persona, por lo que el polémico cura se ve abocado a marcharse, abandonando el barco en plena batalla aún contra la administración andaluza después de que se entregara a la Fiscalía Anticorrupción abundante documentación sobre su gestión al frente de esta caja y de donde la Junta deduce que podría haber delitos nada menos que de apropiación indebida y falsedad documental. Así pues, el poder divino parece ya haber abandonado a Castillejo mientras que el Obispo, Francisco Javier Martínez guarda silencio ante lo que es una renuncia precipitada de un sacerdote al que acusó, mediante un comunicado oficial, de protagonizar todo un escándalo con lo de su póliza multimillonaria y de intoxicar a la opinión publica contra él. Está claro quien sigue y quien se va de prisa y corriendo.
El otro frente abierto continua siendo el cada vez más creciente malestar ciudadano contra la guerra de Irak. En Andalucía, tras las multitudinarias manifestaciones de protesta, queda la inquietud por el papel que están jugando las bases de Rota y Morón en el despliegue militar norteamericano. Ya ha entrado en vigor el nuevo Tratado entre España y Estados Unidos, que regula el uso de las mismas, y sin que todavía se haya resuelto el conflicto laboral surgido con los trabajadores españoles de la base roteña, a pesar de lo que en su día les prometió el gobierno español. Se trata de un colectivo que sigue reclamando un mejor trato salarial por lo que mantendrán en estos días nuevos contactos políticos en busca de una solución definitiva a su problema. Tampoco conviene dejar a un lado la vertiente industrial del conflicto ya que el recorte presupuestario que en materia de Defensa están ya aplicando algunos países europeos, así como el distanciamiento de Aznar en favor de los norteamericanos, puede poner en peligro el ilusionante proyecto de ensamblaje en Sevilla del superavión de transporte militar A400M.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.