Publicidad improcedente

Este periódico ha transgredido las normas que se ha impuesto para la inserción de publicidad. La página 51 del pasado 12 de febrero, que cerraba la sección de Deportes, correspondía a un anuncio publicitario de las Líneas Aéreas Air Nóstrum que puntualizaba en unos casos y contradecía en otros distintas informaciones publicadas en EL PAÍS. Se referían al accidente acaecido el pasado día 17 de enero al aterrizar un avión de su compañía en el aeropuerto de Melilla, y las subsiguientes pruebas realizadas a los pilotos en relación con el consumo de alcohol y/o cocaína.

El artículo 1.36 del Libro de estilo de EL PAÍS establece: "Los espacios publicitarios no se podrán utilizar para contradecir o matizar informaciones publicadas en el diario. Para estos casos existen los espacios Fe de Errores, Cartas al Director y el Defensor del Lector". Además, la página carecía de la palabra publicidad en su cabecera, cuya inserción es habitual en estos casos.

Esther Mejorada, responsable del Departamento de Publicidad, lamenta que no se consultara a nadie de Redacción sobre la conveniencia de publicar esta página. "Cuando recibimos el material, a las 19.30 del martes 11, se generó el proceso habitual para su inserción, sin la preocupación previa de revisar su contenido y consultar con algún responsable de Redacción. Es más, por la noche, cuando se vieron las pruebas del periódico, tampoco nadie se dio cuenta del contenido". Mejorada asegura que ha hablado con el personal de su departamento para que preste la atención adecuada a los materiales que reciben "y no se baje la guardia en este aspecto, que nos haga incurrir de nuevo en otro error".

Sería conveniente que los responsables de la Redacción también extremaran el cuidado al revisar las pruebas del periódico.

Una foto absurda

Supongo que algunos lectores catalanes pensarían, el pasado 13 de febrero, que alguien en este periódico se había vuelto loco. En la página 8 del suplemento Quadern, de la edición catalana, y bajo el título 'Què feu, dones, que no us connecteu' ('Qué hacéis, mujeres, que no os conectáis'), se publicaba una información firmada por Mercé Molist que reflejaba el perfil del usuario de Internet en Barcelona, de acuerdo con un estudio oficial. Hasta aquí, todo correcto. Las cosas cambiaban radicalmente al ver la fotografía que acompañaba al texto, y que obviamente esta Defensora no va a reproducir porque puede molestar a muchos lectores.

Se trataba de una imagen de varias mujeres desnudas, posiblemente profesionales del strip-tease, dedicadas a juegos erótico-pornográficos. La foto, de Carmen Secanella, que no guardaba relación alguna con el contenido del artículo, iba acompañada del siguiente pie: "Un 17,3% más de mujeres que hombres prefieren otras actividades antes que conectarse a Internet".

Una lectora de Barcelona, que prefiere que no se publique su nombre, ha manifestado a esta Defensora su indignación por lo que considera "un claro atropello sexista", ya que la imagen, además de ser totalmente gratuita por carecer de relación con el texto, "se agrava con el pie de foto, claramente intencionado y humillante, no sólo para las mujeres, sino para cualquier lector con sentido común". En el mismo sentido, la edición catalana del pasado 14 de febrero publicó una carta al director, firmada por tres lectoras de Barcelona, que criticaban el sexismo y la descontextualización de la foto y su pie, y manifestaban su desagrado por "tener que soportar este trato a la mujer".

El redactor jefe Agustí Fancelli, responsable de la edición ese día del Quadern, asegura que está desolado por lo ocurrido. "Siempre tienes pánico a que esto pueda pasar en algún momento, y un día ocurre", dice Fancelli.

El redactor jefe añade: "La publicación de esa foto está por completo fuera de lugar y constituye una ofensa a la razón y la sensibilidad de cualquier lector sensato, sea de sexo femenino o masculino. No cabe más que asumir la responsabilidad del error y pedir excusas. A título informativo, y sin que pueda servir de justificación, sólo añadiré que el cierre de ese número del Quadern, dedicado al historiador recientemente fallecido Miquel Batllori, fue complejo, porque los textos de los especialistas que glosaban su figura y obra llegaron tarde a la Redacción y hubo que proceder a la puesta en página con celeridad. Es obvio que la foto en cuestión no pasó por los controles habituales, y ahora no queda sino lamentarlo y prometer un mayor esmero en el futuro".

Tiene razón Fancelli, el exceso de trabajo y las prisas en ningún caso pueden servir de justificación para algo así.

Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electrónico (defensora@elpais.es) o telefonearla al número 91 3377 836.