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OFENSIVA CONTRA EL TERRORISMO

Pena de 25 años para la etarra Gisasola por un paquete bomba

La Audiencia Nacional condenó ayer a la etarra Carmen Gisasola a 25 años de prisión por su participación en el asesinato frustrado del policía Miguel Ángel Moreno Gómez por medio del envío de un paquete bomba a su domicilio de Basauri (Vizcaya) el 1 de febrero de 1990.

Gisasola, de 45 años, era en 1990 integrante de ETA militar y, por instrucciones de la dirección, remitió el paquete bomba -compuesto de cordón detonante relleno de pentrita, detonador y sistema eléctrico antimovimiento- contra el agente. La terrorista, según declara probado la sentencia, preparó el artefacto y escribió de su puño y letra en el envoltorio la dirección del policía.

La bomba no hizo explosión porque el agente, que vivía con su esposa y dos hijas, se percató del peligro y avisó a los artificieros, que desactivaron el mecanismo.

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Sin embargo, el atentado frustrado generó un trauma psíquico en el agente y su familia. El primero sufrió trastornos de estrés postraumático de carácter crónico, con episodios de distimia reactiva y ansiedad, por lo que se ha iniciado un procedimiento para su jubilación por incapacidad.

Su esposa padeció a raíz del suceso trastornos de ansiedad y crisis de pánico, con problemas de sueño y apetito. La hija mayor, que contaba entonces seis años, sufrió alteraciones emocionales y del comportamiento, con bajo rendimiento escolar y erupciones en la piel. La más pequeña padeció irritabilidad y alteraciones de sueño y trastornos digestivos. Por ello, el tribunal condena a Gisasola a que indemnice a la familia con 300.000 euros.

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