"Aquí no se viene a participar"

Para Paco Olmos, valenciano de 32 años, todo es nuevo esta temporada: su primer curso como técnico en la élite, su primera Copa, el liderazgo en la ACB. El entrenador más joven de la Liga ha superado las miradas de desconfianza hacia el novato y ha implantado sus "gritos de baloncesto" en el Pamesa, gran favorito para la Copa.

Pregunta. ¿Qué balance hace de sus primeros meses en la ACB?

Respuesta. El balance de victorias es positivo, pero eso no nos ha dado nada. Sólo significa que afrontamos bien el momento decisivo. Ha habido varias claves. Mi grupo es muy grupo, se porta como un colectivo y somos un equipo jugando, no tenemos dependencia individualista. Hay una gran química en el vestuario, todo el mundo ha adquirido esa mentalidad. Todos los jugadores serían titulares importantes en otros equipos, pero han asumido el rol de que no es importante salir de inicio, sino tener minutos de calidad.

"Oberto y Tomasevic son un lujo para el baloncesto español, pero sin Hopkins no somos nada"

P. De la LEB a líder de la ACB. ¿Cómo se asimila el cambio?

R. Ahora es más fácil aplicar mi baloncesto porque tengo grandes jugadores.

P. ¿No se le suben los humos a la cabeza?

R. Cuando me lo crea no voy a hacer nada. El halago debilita, y nuestro peor momento vendrá cuando nos creamos que hemos ganado algo.

P. ¿Nota que ahora le respetan más que cuando llegó a la ACB?R. Siento que ahora respetan más a un entrenador joven, novato, que se está asentando. Ahora he de luchar por mantener esa posición. Yo siempre he sido muy respetuoso. Al principio quizá se pensaba que por ser joven y de casa, con un vestuario lleno de figuras, se me iba a ir de las manos. Siempre he creído mucho en mí mismo, no con prepotencia, pero sí con seguridad, porque lo he dado todo. Y nunca he tenido miedo.

P. ¿Cómo ve la Copa del Rey?

R. Tenemos una gran responsabilidad. Lo mejor para quitar presión es pensar en el primer día. Para mí la Copa es sólo un partido, contra el Auna. Desde fuera buscan presionarnos más, pero quiero eliminar la ansiedad. A la Copa no se viene a participar, se viene a ganar.

P. El tiempo le ha dado la razón. Con una defensa muy fuerte y un juego muy físico el Pamesa es líder.

R. Son las normas de los equipos grandes. Nosotros tenemos físico y talento. La defensa no está peleada con el ataque, pero es la que te hace ganar. Somos el mejor ataque porque somos la mejor defensa. Las situaciones complicadas se sacan con defensa, los partidos se rompen con defensa, y sacamos los resultados porque somos los más intensos.

P. El entrenador del Barça, Pesic, dice que es más difícil jugar bien en ataque que en defensa.

R. Es cierto, pero es más difícil convencer al equipo de defender que de atacar. El ataque es talento, y la defensa es querer. Es más fácil crear una buena defensa.

P. ¿Da libertad a los jugadores en la pista o tienen muy marcado lo que han de hacer?

R. Tenemos normas en ataque y en defensa. Queremos que la defensa nos dé contraataque, porque por la movilidad de nuestros pívots nos permite correr. En ataque nuestra mejor opción es jugar de dentro a fuera, meter balones interiores para que la defensa se cierre, sacar el balón otra vez fuera y que la decisión la tomen los jugadores exteriores.

P. ¿Le ha sorprendido alguien en la plantilla?

R. Necesito a todos, todos tienen un talento marcado. Me ha sorprendido el gran colectivo a pesar de las individualidades. Para mí no hay titulares ni reservas, hay jugadores que empiezan y jugadores que acaban.

P. ¿Qué opina de la pareja Oberto-Tomasevic?

R. Son un lujo para el baloncesto español, dos ganadores natos que ayudan mucho a la mentalidad del equipo, pero sería insuficiente sin el aporte exterior y de Hopkins. Sin Hopkins no somos nada.

P. Con usted han vuelto los gritos al Pabellón, los entrenamientos son muy intensos.

R. El entrenador es el reflejo de su plantilla. Si quieres que tu plantilla tenga fuerza y no se venga nunca abajo, tú has de ser así. Se juega como se entrena. No puedes entrenar blando y luego exigir más en los partidos, no con esta plantilla. Los jugadores me han de conocer. Les doy gritos de baloncesto para cambiar el rumbo de un partido y mantener la tensión. Exteriorizo mucho, pero siempre he sido así y el equipo lo ha de entender como positivo.

P. ¿Se enfada mucho con los jugadores?

R. No me enfado por el error, sino por la falta de actitud. Quiero tener la conciencia tranquila de haberlo hecho todo. Sólo acepto la derrota si son mejores que yo, y tengo plantilla para ser exigente.

P. Nunca se le ve relajado durante un partido. ¿Cómo lo vive?

R. Mi idea es jugar los 40 minutos sin relajarse. No hay que pasar por alto un mal detalle porque no influya en el resultado, hay que luchar por el perfeccionismo. Me gustaría que fuéramos más fuertes fuera de casa.

P. ¿No se ríe nunca en los entrenamientos o los partidos?

R. Vivo los partidos con mucha presión y mucha responsabilidad durante toda la semana. Sólo me relajo con mi familia, pero tengo poco tiempo para eso.

P. Se pasa todo el día pensando en baloncesto. ¿No llega a ser una obsesión?

R. Mi familia, sobre todo mi mujer, sabe que mi ilusión desde hace años es entrenar a este equipo, pero de verdad, no ser un hombre de paso y desaparecer.