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AMENAZA DE GUERRA | La zona del conflicto

Kuwait cierra sus pozos de petróleo en la frontera con Irak

El emirato teme represalias iraquíes si hay una ofensiva de EE UU

Yolanda Monge

Kuwait ha comenzado a cerrar los campos de petróleo que se encuentran en el límite de su tensa frontera norte con Irak como medida de seguridad ante una posible ofensiva de EE UU, según confirmó ayer Abdulrahman al Shammari, portavoz de la Kuwait Oil Company (KOC). Desde principios de semana, dos de los campos más pequeños, Abdali y Ratqa, cuya producción alcanza los 25.000 barriles por día, están cerrados por orden gubernamental.

Los campos petrolíferos del norte de Kuwait producen diariamente un total de 400.000 barriles, que junto con la producción de los pozos del sur llegan a sumar cerca de los dos millones.

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"Abdali y Ratqa han sido cerrados por razones de seguridad", aseguraba la KOC. La medida pretende dos objetivos: proteger tanto los campos ante posibles represalias por parte de Irak si este país decide devolver el golpe tras ser atacado desde Kuwait por Estados Unidos como incrementar la seguridad de los miles de soldados norteamericanos que están estacionados en esa zona norte del país. "No tengo ninguna duda de que volverá a hacerlo. Si lo hizo una vez puede hacerlo otra", aseguraba el portavoz de la KOC.

En 1991, en los últimos días de la guerra del Golfo, mientras las fuerzas iraquíes abandonaban el emirato que habían invadido meses antes y se replegaban hacia Bagdad, el presidente Sadam Husein mandó a Kuwait un equipo de ingenieros que incendió y voló más de 700 pozos de petróleo de los cerca de 1.000 existentes en el país. Durante siete meses, más de 1.000 millones de barriles se consumieron en forma de llamas. El día se convirtió en noche. Una nube negra se extendió desde Bagdad sobre los Emiratos Árabes hasta alcanzar Irán. El desastre medioambiental no tuvo precedentes. Sadam llegó a lanzar 10 millones de barriles de crudo al mar. Fueron necesarios 18 meses para conseguir que se apagaran las llamas. La factura ascendió a 20.000 millones de dólares.

A menos de una semana de cumplirse el 12º aniversario de la liberación de Kuwait, las autoridades de este país vuelven a sentirse amenazadas. "Irak aún tiene sus misiles intactos y no dudará en usarlos contra Kuwait", explica el funcionario de la KOC. Un ataque sobre los campos de petróleo de Kuwait, que dispone del 10% de las reservas mundiales de crudo, tendría unos efectos devastadores sobre el precio del petróleo.

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El tercio norte de este emirato del Golfo está ya prácticamente sellado a cualquier civil. Antes de que acabe la semana quedará convertido en una zona de "exclusión militar" desde donde más de 100.000 hombres del Ejército estadounidense esperan lanzarse a tomar Bagdad. Tal despliegue militar ha implicado el cierre de los pozos petrolíferos y el traslado de todo su personal a los centros de extracción del sur del país. "El personal ha sido reducido al mínimo, y cuando digo al mínimo soy literal", informó el portavoz de la Kuwait Oil Company.

En los pozos del sur, donde se encuentra Al Burgan, segundo mayor campo petrolífero del mundo tras el de Ghawar, en Arabia Saudí, los empleados tienen ya un plan de contingencia para enfrentarse a una nueva guerra. "Practicamos simulacros y ensayamos cómo ponernos más rápido las máscaras antigás", prosigue el portavoz. "Pero tenemos miedo, mucho miedo". En el campo de Al Burgan todavía son visibles las cicatrices de la anterior guerra. Y se temen las heridas de la que está por venir. Al Burgan es la muestra de la destrucción sistemática que diseñó Sadam Husein sobre los pozos kuwaitíes. Entre los hierros retorcidos de inmensos tanques de petróleo abrasados y sobre un mar de crudo solidificado los temores de los kuwaitíes parecen fundados. La historia se podría volver a repetir. A finales de enero, el vicepresidente iraquí, Tarek Aziz, anunciaba: "Kuwait estará en el mapa del campo de batalla si EE UU decide invadirnos desde allí".

Cuatro lanzaderas de misiles antimisiles Patriot se alinean en el desierto de Kuwait, cerca de la frontera con Irak.
Cuatro lanzaderas de misiles antimisiles Patriot se alinean en el desierto de Kuwait, cerca de la frontera con Irak.REUTERS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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