Llamazares reprocha a Aznar que esté "trabajando para la guerra"

Izquierda Unida y los partidos que forman el Grupo Mixto coincidieron ayer en dos cosas: en lucir una pegatina en la solapa en la que explicitaban su rechazo a la guerra y en no creerse que el presidente del Gobierno diga la verdad cuando afirma que está en contra de la guerra. Todos ellos replicaron que el discurso pacífico de Aznar es sobrevenido y responde a las masivas manifestaciones que el sábado llenaron las calles españolas.

El líder de IU, Gaspar Llamazares, acusó al jefe del Ejecutivo de "trabajar por la guerra en vez de comprometerse con la paz".

"Lo que usted oculta con su lenguaje, la guerra, es lo que se está preparando", le espetó Llamazares, tras destacar que las mayores movilizaciones ciudadanas se han producido precisamente en aquellos países europeos que, como España, respaldan más claramente "la estrategia de guerra preventiva de Estados Unidos".

Llamazares, como harían después los representantes del Grupo Mixto e hizo antes del PSOE, reclamó la representación de los millones de manifestantes del sábado. Negó que salieran a la calle "por una intención únicamente moral". Fue, subrayó, "una intención política de pararles los pies a los señores de la guerra".

El líder de IU negó que haya argumentos que justifiquen una intervención armada contra Irak ni siquiera como "último recurso". No hay, dijo, "una agresión ni amenaza para la paz en el mundo", por lo que no cabe una guerra que esté "legitimada" por la legalidad internacional.

Aznar elogió irónicamente la "coherencia" de IU y concluyó que dicho grupo "no quiere que se cumpla la resolución del Consejo de Seguridad y el desarme de Irak. No desea que el Consejo de Seguridad adopte medidas ni está de acuerdo con lo que ha decidido la Unión Europea".

La idea de que Aznar trabaja por la guerra fue también esgrimida por el Grupo Mixto. Joan Puigcercos, de Esquerra Republicana de Catalunya, preguntó al presidente "qué entiende por el uso de la fuerza en última instancia". A su juicio, es un eufemismo para poner en marcha la maquinaria bélica. Joan Saura, de Iniciativa per Catalunya, se preguntó "por qué al presidente le gusta tanto la guerra" y apostilló: "¿Cuántas manifestaciones hacen falta para que cambie de opinión?"

Carlos Aymerich, del Bloque Nacionalista Galego, subrayó que Aznar "se ha alineado con el bando belicista" y Begoña Lasagabaster, de Eusko Alkartasina, le acusó de "hacer y decir lo que le ha dicho que haga Bush". "El mundo se ha puesto en marcha para parar una guerra y derrotar a Sadam Husein y a su dictadura de modo pacífico", proclamó José Antonio Labordeta, de Chunta Aragonesista.

Visiblemente molesto, Aznar les replicó en bloque. "Ustedes optan por la descalificación radical y completa, no sé que contestar". Optó por atribuirles la equiparación de los líderes de la comunidad internacional "con una cuadrilla de forajidos que quieren arrasar un país, Irak, que, lógicamente, es una democracia que nada ha hecho para merecer esto".