Un Porsche para todo
El Cayenne mantiene detalles estéticos de la marca, pero su línea voluminosa rompe la tradición y en el interior cuesta mentalizarse de que es un Porsche: se va sentado alto y da sensación de amplitud. Sin embargo conserva el ADN del fabricante: sonido excitante, tacto preciso, altas prestaciones, frenadas poderosas y un comportamiento muy eficaz. Y entusiasma al conducir.
Una versión 'básica' de 340 CV
El Cayenne S es la versión básica y monta un motor 4.5 V8 de 340 CV con cambio secuencial de seis marchas. Y, aunque pesa casi 2.500 kilos, ofrece unas prestaciones espectaculares, sobre todo en velocidad (242 km/h.). De hecho sería el todoterreno más rápido del mundo si no fuera porque el Cayenne Turbo llega a 266 km/h.
Lo sorprendente es que responde desde casi 1.000 vueltas con la elasticidad de un utilitario y el tacto de una berlina de lujo. Navega sobre el asfalto de forma majestuosa con las prestaciones de un superdeportivo y con una sensación de dominio muy peculiar gracias a su altura. Basta acariciar el acelerador para sentir su poderío: el cuentavueltas llega a las 6.500 revoluciones con naturalidad y pasa las marchas sin que se noten, ya sea de forma automática o cambiando en el volante o la palanca.
El único inconveniente son los consumos, que acusan el peso y superan los 20 litros en ciudad y conducción rápida. Y difícilmente bajan de 16-18 a ritmos tranquilos.
Eficaz en asfalto y campo
Aunque lo mejor y también más caro es la suspensión neumática opcional (3.187 euros), el Cayenne S monta una más sencilla que cumple bien. Ofrece un comportamiento dinámico ágil y eficaz, a pesar del peso. En asfalto viaja con gran aplomo, apenas balancea en las curvas y se agarra muy bien. Sólo se muestra algo duro en los baches, pero es muy fácil de conducir, da confianza y ofrece una buena estabilidad, tanto en trazados rápidos como en los más virados. Y los frenos y el ABS están acordes con las prestaciones y paran con rapidez, y el control de estabilidad (PSM en Porsche) apenas se nota: actúa cuando se necesita y permite disfrutar la conducción.
El Cayenne S se mueve muy bien en el campo y tiene una tracción 4×4 con reductora bastante eficaz en pendientes fuertes y barro. Los límites los marcan la altura libre al suelo y el recorrido corto de la suspensión de serie: es fácil tocar abajo. Pero circula con gran solidez en los caminos y sólo resulta seco en zonas muy rotas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.