El estímulo de Arco hace un hueco a los artistas suizos
El arrollador empuje de la Feria de Arte Contemporáneo, Arco 2003, con Suiza como invitada de honor, ha conseguido que varios museos y centros culturales madrileños hagan un hueco a los artistas helvéticos que no están presentes en la cita internacional.
- Canal de Isabel II. Nueve jóvenes fotógrafos se plantean cuestiones como la identidad, el interés por el entorno urbano o los avances científicos aplicados a la naturaleza a través de la muestra Nosotros y el mundo que nos rodea. La muestra se convierte en una singular mirada a las tendencias de la fotografía suiza. Hasta el 23 de marzo.
- Conde Duque. El patio norte de este centro cultural está ocupado por una obra minimalista. Se trata de una caja cuyas paredes de líneas sencillas se cubren por una techumbre de cintas rojas. Este proyecto de arquitectura efímera, que se llama La caja suiza, se mantendrá hasta el mes de noviembre y acogerá diversas actividades culturales. Pero la aportación del país alpino incluye también una exposición de arte electrónico cargada de montajes en vídeo, CD-ROM e instalaciones virtuales e interactivas.
- Círculo de Bellas Artes. La creadora suiza Mireille Gros utiliza el dibujo, la pintura, la fotografía y algunas composiciones de vídeo para preguntarse ¿de dónde sale todo?, ¿de dónde surge la vida? La sala Minerva se convierte, hasta el 2 de marzo, en el marco de las imágenes que la artista tomó en Malí y Santiago de Compostela.
- Reina Sofía. En la sala Espacio Uno, las hermanas Claudia y Julia Müller presentan, hasta el 2 de marzo, una instalación en la que recrean dos atmósferas diferentes para dar la sensación de estar dentro y fuera de casa. Plantean una reflexión sobre la unión y la distancia, la familia y sus transformaciones. Y la primera planta del museo se ha dedicado a revisar el arte suizo de los años veinte al cincuenta del siglo XX, que supuso un momento de encuentro y cruce de experiencias artísticas. Hasta el 28 de abril.
- La Casa Encendida. Los suizos Gerda Steiner y Jorg Lenzlinger se lanzan por los derroteros de la biodiversidad con el montaje titulado Cómo llegó la morsa a Madrid. Con ramas de espino, cactus, muérdago y orquídeas ambientan una instalación cuya protagonista es Lolita, una morsa disecada.Hasta el 23 de febrero.
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