El pie de Gala y el pecado original, según Dalí
Para el pintor Salvador Dalí, la mejor representación del pecado original fue la exquisita reproducción pictórica del pie desnudo de su esposa, Gala, con una serpiente joya que se desliza por el tobillo junto a unos zapatos andrajosos. El óleo, titulado El pecado original, que acaba de adquirir la Fundación Gala-Salvador Dalí a un coleccionista japonés por una cantidad no revelada, fue pintado en 1941, durante la etapa americana del creador, y constituye, según el director del museo de Figueres, Antoni Pitxot, una demostración de la capacidad de Dalí para reunir de una manera incongruente objetos o formas de la cotidianeidad. En este caso, el pie de Gala aparece como Eva triunfadora sobre la serpiente en forma de joya. "Los zapatos simbolizan el paso del hombre por el mundo y el paso del tiempo", explicó el director del museo.
El realismo y la pulcritud que exhibe el dibujo llegó a confundir a algunos expertos, quienes pensaron que las hiperrealistas grietas que Dalí dibujó en el cuero de los zapatos eran fruto del desgaste de la tela. "A Dalí le gustaba llevar las cosas hasta más allá del propio realismo", explicó ayer Pitxot durante la presentación.
El fondo dorado que exhibe la obra, sin sombras de ningún tipo, sólo podía lograrse con una pintura denominada aureolina, que Dalí se hacía traer expresamente desde Holanda. La extensión dorada recuerda, según el director del Museo Dalí, a los iconos rusos y al mundo bizantino.
La joya que exhibe Gala en el tobillo es un brazalete que reproduce una serpiente mongol y fue diseñado por el famoso orfebre Fabergé. La misma joya aparece en un retrato de Gala, Galarina, que expone el museo de Figueres.
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