Europa se le queda pequeña a García
El atleta de Vallecas bate por nueve segundos el récord continental de 5.000 metros bajo techo
El viejo Emiel Puttemans, aquel fondista belga, histórico rival de Mariano Haro, un especialista en pista cubierta, fue el primero que se acercó a felicitar a Alberto García. Tenía derecho porque García, el corredor del barrio madrileño de Vallecas que se ha empeñado en demostrar que puede alcanzar el nivel de los atletas africanos, los inalcanzables dominadores del fondo mundial en los últimos 30 años, acababa de batir su última plusmarca.
Lo había hecho en Gante, en la tierra belga de quien en 1976, en París, dejara el récord europeo de los 5.000 metros en pista cubierta en 13m 20,8s. Habían tenido que pasar 27 años para que alguien pudiera con esa marca en una distancia que no es muy usual en la pista cubierta. Pudo con ella, y de forma espectacular, García, que la dejó en 13m 11,39s, una marca que, más allá de su valor como récord europeo, tiene el significado de un puñetazo encima de la mesa del fondo mundial.
A García, de 31 años, Europa se le ha quedado pequeña. Ya ha sido campeón continental al aire libre de 5.000 y de 3.000 en pista cubierta. Su marca de ayer es la tercera mundial de la historia. Sólo le superan, con 12m 50,38s, el etíope Gebrselassie, dueño de todas las plusmarcas, y, también por debajo de los 13 minutos (12m 51,48s), el keniano Daniel Komen.
Sus objetivos son también de nivel mundial. El primero, el día 22, en Sevilla, dentro de dos semanas, donde intentará batir el récord europeo de los 3.000 en pista cubierta que posee Fermín Cacho (7m 36,61s) desde hace siete años. Su objetivo anda por los 7m 30s, lo que le colocaría como tercero del mundo por detrás, también, de Komen y Gebrselassie.
"Y luego", declaró García a la agencia Efe, "quiero igualar o mejorar en Birmingham el bronce de los Mundiales en pista cubierta que logré en Lisboa. Aunque será muy difícil porque van a estar El Guerruj y Gebrselassie". Será en la carrera de 3.000, la distancia más larga en que se compite en pista cubierta. Será el ensayo definitivo antes de los 5.000 metros de los Mundiales de París, en agosto, donde García lanzará su desafío absoluto a los africanos. "Para mí es una gran ilusión luchar contra los mejores del mundo", dijo; "pero ya les hemos perdido el miedo a los africanos. Cada vez hay menos que nos ganen a los españoles".
Como para demostrarlo, ayer, antes del récord de Gante, en el cross de Miajadas (Cáceres), otro fondista madrileño, Fabián Roncero, derrotó al keniano Cheruiyot.
La forma en que García batió el récord de Puttemans fue un reflejo exacto del estilo metódico y de la precisa profesionalidad del atleta de Vallecas. De la fe y confianza en sí mismo y en sus posibilidades que hace años, cuando luchaba en el 1.500, a algunos compañeros les parecía excesiva.
La primera liebre, el albacetense Pedro Antonio Esteso, con un ritmo regular, sin tirones, cumplió con el objetivo de llegar hasta el segundo kilómetro en 5m 18s. Después fue el turno de Martin Keino, hijo del legendario Kip Keino (el que ganó los 1.500 a Jim Ryun en México 68), que le dejó en el 3.000 en los demandados 7m 57s. "A mí que me dejen en 7m 57s. Después correré sin parar", había advertido García. El madrileño, sin dar la apariencia de forzar, con un ritmo que parecía no costarle trabajo, corrió en solitario los dos últimos kilómetros doblando competidores. Bajó el récord en nueve segundos. "Rematé mejor de lo esperado. Sabía que podía batir el récord, pero no por tanta diferencia", dijo; "quería bajar de 13m 20s y me llevo la tercera marca mundial de todos los tiempos".
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