65 conductores de la EMT fueron agredidos por los pasajeros en 2002
Dos millares de empleados reclaman medidas contra la violencia de algunos pasajeros
Sesenta y cinco conductores de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) sufrieron agresiones en 2002 mientras realizaban su trabajo, y 32 de ellos tuvieron que pedir la baja, según un informe de este organismo. La mayoría de las agresiones ocurrió en líneas convencionales y sólo tres en línea nocturna. Estas cifras superan las de 2001, cuando 59 conductores fueron golpeados. "La culpa la tiene el Ayuntamiento, que no hace nada por mejorar el tráfico, y eso provoca muchas discusiones", denuncian el edil socialista Eugenio Morales, UGT y CC OO. La EMT tiene 4.000 conductores.
Aunque la EMT señala que la mayoría de las agresiones que se produjeron el año pasado fueron leves, 32 conductores tuvieron que pedir la baja laboral por unos días. Además de los que fueron golpeados por usuarios, en este grupo hay conductores que sufrieron un intento de robo e, incluso, hay uno que fue agredido "por los ocupantes de un turismo implicados en el atropello de un bebé y su madre cuando intervino en auxilio de éstos", según recoge la memoria de la Empresa Municipal de Transportes. Este informe indica también que la mayoría de las agresiones se produjo por "discusiones de tráfico".
Ya las navidades pasadas, el sindicato CC OO envió una carta a la dirección de la EMT, firmada por más de 2.000 conductores -la mitad de la plantilla-, en la que pedían que la puntualidad que les exigen para llegar a las paradas se ajustase a "la situación del tráfico". En esa misma carta, los trabajadores denunciaban que, por culpa del caos circulatorio y los retrasos en los horarios, algunos usuarios pagaban con los conductores su enfado a golpes.
Miguel [nombre ficticio] es uno de los conductores agredidos el año pasado que han pasado a formar parte de la estadística. Este hombre de 51 años es conductor de la línea 115 (Avenida de América-Barajas). "Un día de agosto se montó en el autobús un chaval con pinta de matón. Le pedí que me mostrase el abono transportes y me empezó a llamar a gritos 'hijo de puta'. Me soltó un guantazo con toda la mano abierta y me rompió las gafas", cuenta Miguel, que denunció el hecho en comisaría.
En urgencias
Días después, el agresor volvió a subirse al autobús, pero Miguel iba con otro compañero. "Se lió a palos otra vez y..., claro, nosotros no íbamos a quedarnos quietos", relata el conductor. El resultado fue que los dos conductores acabaron en urgencias llenos de heridas y hematomas, el agresor fue detenido y, hace apenas un mes, se ha celebrado el juicio, del que aún no hay sentencia.
Éste no es el único altercado que ha tenido este chófer. "Hace poco pedí a una niña de 12 años el billete. Se enfadó conmigo y llamó con el móvil a su padre, que fue a esperar a su hija a la parada. El hombre intentó agredirme y, encima, le ha mandado una carta a la empresa quejándose de mi comportamiento", cuenta.
El concejal socialista Eugenio Morales denuncia que las agresiones son consecuencia de los problemas de tráfico que sufre la ciudad y que el Ayuntamiento ha sido "incapaz de resolver". "La ineficacia del PP en acabar con el caos del tráfico lleva a estas situaciones, en las que los trabajadores aguantan muchísima tensión y se sienten indefensos", denuncia el concejal socialista Eugenio Morales. Este punto de vista lo comparten los sindicatos. Daniel Gala, responsable de UGT en temas de Movilidad, asegura que, además de las agresiones físicas, hay "cientos de agresiones verbales todos los días". "La tensión que produce el tráfico por culpa de las obras y de la cantidad de vehículos que circulan es horrorosa. Los usuarios tienen que entender que los conductores hacen su trabajo lo mejor que pueden y que si no circulamos más deprisa es por culpa del Ayuntamiento, que no soluciona el caos de las calles", subrayó Gala. "No son sólo los puñetazos, sino también los insultos que recibimos todos los días", añade.Desde CC OO, su responsable en temas de tráfico, José Ignacio González, denuncia que hay líneas, como las que discurren por la Ciudad Universitaria, que llevan retraso de hasta una hora. "Nos vemos desbordados por los viajeros. Hay líneas muy conflictivas, como las que pasan por la Ciudad Universitaria o las que atraviesan el centro, como la circular", concluye.
'Huevazos' y aerosoles
Entre los 65 conductores de los autobuses municipales que sufrieron agresiones en 2002, el sindicato UGT destaca casos como el de un conductor de la línea 111 (Entrevías-Puente de Vallecas). Este hombre casi acaba con un dedo roto después de que una chica, que se negó a mostrarle el billete de autobús, le retorciera el anular hasta hacerle gritar de dolor. Hay más ejemplos: otro chófer de la EMT tuvo que estar de baja el año pasado después de que unos chavales le estamparan un huevo en el ojo. Varios trozos de la cáscara se le incrustraron en el globo ocular. También ocurrió una vez que una señora mordió en el brazo a un conductor, y en otra ocasión al chófer lo descalabraron de una pedrada; un tercero recibió un puñetazo en plena mandíbula... Pero la agresión más sonada que se produjo el año pasado ocurrió el 16 de diciembre. El conductor de un turismo BMW roció con un aerosol al chófer de un autobús de la línea 147 tras una discusión de tráfico a la altura de la glorieta de Rubén Darío. El aerosol afectó también a cuatro pasajeros, que tuvieron que ser atendidos por los servicios sanitarios de emergencia. En alguna ocasión ha ocurrido al revés, y ha sido el conductor el agresor y el usuario el agredido. Recientemente, la Audiencia Provincial condenó a un año de prisión a un chófer de la Empresa Municipal de Transportes por propinar un puñetazo a un pasajero en el transcurso de una discusión y causarle fractura de huesos nasales, en junio de 2001.Para evitar estas agresiones, el Ayuntamiento está estudiando instalar cámaras de vigilancia en dos líneas de autobuses, la 27 y la 130, para grabar los hechos delictivos que se pudiesen producir dentro de los vehículos. El proyecto está pendiente de los informes favorables tanto de la Delegación del Gobierno como de la Comisión deVideovigilancia. Si fuese aprobada, el conductor del autobús sería el que pondría a grabar la cámara si considera que en su vehículo se está produciendo algún hecho delictivo. Las imágenes irían a parar a un centro de pantallas de la EMT, desde donde también se podría poner en marcha la grabación.La línea número 27, que atraviesa el paseo de la Castellana, suele ser el campo de acción de los carteristas. La 130, que cubre el trayecto desde Villaverde a Vicálvaro pasando por Vallecas, es utilizada por numerosos toxicómanos para drogarse.
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