"Turismo mejora mi imagen de candidato"

Antonio Ortega (47 años) acaba de perder una batalla interna frente al comité de Sevilla (bajo las ascendencia de Alejandro Rojas-Marcos): intentó dejar su acta de diputado a la quinta de la lista contra la opinión del órgano provincial, y no ha tenido más remedio que aceptar el orden de la candidatura. Su sustituto será el número tres: Jesús González. No obstante, una vez fuera del PA Pedro Pacheco, Ortega no quiere oír hablar -y mucho menos, admitir- de la persistencia de conflictos.

Pregunta. Cada vez que se le ocurre un movimiento estratégico estalla la polémica. Primero con el salto que dio de la Consejería de Relaciones Institucionales a Turismo y ahora con la renuncia de su escaño en el Parlamento.

"En el PP se ha colado alguien del PSOE, pues no se puede hacer peor ni queriendo"

Respuesta. Me asombro de la proyección que puede tener cualquier discrepancia en el seno del PA. Hoy tenemos un partido bastante equilibrado y normalizado, aunque no deja de ser cierto que surgen polémicas, pero en el partido hay tanta normalidad que no hay ni filtraciones a los medios.

P. Admitirá que es extraño que a poco más de un año de las autonómicas deje el Parlamento cuando es el candidato a la Junta.

R. Es verdad, y eso me ha hecho dudar y reflexionar mucho pero, en realidad, mi actividad parlamentaria no cambia, no hay ni una sola variación. Como consejero no podía formular iniciativas y ahora sigo presente en la Cámara como miembro del Gobierno.

P. Pues por eso. ¿Era imprescindible dar pie a conflictos y que, como ha ocurrido, se produjera un enfrentamiento interno?

R. Si mi actividad parlamentaria no cambia, a lo mejor en un partido con muchos diputados acumular cargos no tiene importancia, pero en el nuestro es duro. Si yo puedo dar ejemplo, es bueno... Pensé hacerlo a principio de la legislatura, pero la situación interna no lo hacia aconsejable. Mi vida política no me pertenece, al final uno es preso del puesto en el que sus compañeros le han colocado. Ha habido una discrepancia expresada en los órganos del partido, no un follón público.

P. ¿Por qué planteó que le sustituyera la quinta de la lista?

R. El número dos es viceconsejero, el tres representa a Juventudes Andalucistas y la quinta, Reyes León, es de Juventudes y mujer. Nunca hemos tenido una mujer pero tampoco un miembro de Juventudes y en Reyes se daban las dos circunstancias.

P. Es al comité de Sevilla a quien le corresponde la elaboración de listas, y éste había acordado, en una reunión a la que asistió usted, su oposición a la renuncia, y que si de producía, se hiciera según el orden natural de la lista.

R. Sí, eso es cierto, pero también es verdad que en ese orden natural voluntariamente podían renunciar los miembros de la candidatura y que saliera la quinta.

P. ¿Hace alguna lectura de la victoria del comité de Sevilla?

R. Si lo que tenemos que hacer es empujar todos en la misma dirección. Si no hubiera afectado a la figura del secretario general, el asunto habría pasado más desapercibido. Cuando afecta, es lógico que la gente se preocupe, nada más. Lo que pasa es que cualquier menudencia supera a la realidad. Y eso será porque el PA tiene menos blindaje o llama más la atención. Yo me imagino qué pudiera ocurrir si nosotros tomásemos una decisión como la del alcalde de Almería (PSOE), si eso lo hiciéramos nosotros tendríamos crisis hasta el siglo 22. No he creído nunca que los medios de comunicación tengan fobia al PA, pero somos más débiles. Es como un organismo que tiene muchas defensas: un resfriado lo pasas de pie. Si tiene pocas, en la cama.

P. A lo mejor es que hacen cosas muy exóticas: ocupa usted la Consejería de Turismo a costa de quitar de un plumazo a un compañero que no había hecho mala gestión y después deja el escaño con las elecciones en puertas, sin pactar su relevo con el órgano encargado de hacer las listas.

R. No digo que no cometamos ningún error, pero no son asuntos tan trascendentes, son asuntos menores. Insisto, nuestros errores nos hacen más daño que cuando lo cometen los demás. Yo veo cosas que hacen otros que si fuéramos nosotros nos tendríamos que ir de España.

P. ¿Cómo va su campaña de candidato a la Junta?

R. En primer lugar, estamos procurando hacer una buena gestión y nos estamos dejando la piel porque cómo le vamos a pedir a la gente que confíe en nosotros si no hacemos una buena gestión. Los ciudadanos van a saber que pueden confiar en un candidato a la presidencia de la Junta que trabaja todas las horas que puede y, además, trabaja bien, porque la verdad es que estamos haciendo un buen trabajo. Cuando amainen las elecciones municipales, será el momento de poner más fuerza en la candidatura a la Junta.

P. Han puesto en marcha distinta campañas de diferenciación del PSOE. ¿Guarda usted alguna sorpresa para el sprint final?

R. No, nada llamativo que no sea trabajar. El discurso es fácil: Andalucía necesita un Gobierno que tenga un concepto global de Andalucía como territorio, que su peso político no venga con la confrontación, sino a través de las relaciones fluidas con todas las instituciones, y que Andalucía recupere confianza en sí misma.

P. ¿Está satisfecho con el resultado de su cambio a Turismo o cree que el perfil que proyecta es más técnico que político?

R. Una muestra de que hemos acertado es que la mayoría piensa que Turismo es una consejería de toda la vida y no un departamento que se creó a iniciativa del PA. ¿Mi imagen como candidato? Puede decirse que hoy no le ofrecemos a los andaluces una persona sin experiencia, sino alguien que lleva muchos años en la política, que es capaz de asumir responsabilidades y de gestionar bien. Eso mejora la imagen del candidato Antonio Ortega.

P. Según las encuestas, la mayoría de los ciudadanos no saben que el PA está en el Gobierno.

R. Eso es inevitable. Hay mucha gente que no sigue la política tan de cerca como nosotros creemos y asocia Gobierno y Junta con el PSOE. La única manera de conseguir que la gente lo sepa es trabajar mucho y que identifiquen al consejero con el candidato del PA. La gente sabe cada día más que la Consejería de Turismo está gestionada por un equipo andalucista y que a la cabeza está el secretario general.

P. Hace unos meses pasó usted por un bache en su imagen, tras decir: "Prefiero un par de casos de corrupción al año que una administración lenta y muerta". A punto estuvo de que le reprobaran en el Parlamento, se salvó por dos votos.

R. Los presupuestos los hemos salvado por un voto, es decir ha sido más fácil salvarme a mí que a los propios presupuestos. Los dos votos son en función de la correlación de fuerzas que hay en el Parlamento.

P. Con los trienios que tienes usted en política, sorprende que dijera una cosa así y todavía más que no pasara página a toda velocidad.

R. Lo intenté en mi comparecencia, que fue a petición propia. Nadie se conformó con la explicación que di, pedí disculpas por lo desafortunado de la frase y dije que la filosofía es que hay que mejorar la Administración. Parece mentira que un asunto desafortunado, corregido con carácter inmediato, que no debe tener más proyección pública, acabara así. Los que tenemos muchas responsabilidades a veces no acertamos en los que decimos pero, honestamente, no creo yo que hubiera causa y fundamento para que, una vez aclaradas las cosas y pedidas las disculpas necesarias, llevar el asunto tan lejos. Para la gente debe ser que en política todo vale. Que una vez que creen que han cogido una pieza, con razón o sin ella, hay que machacarla, hay que terminar con ella. Debe ser así, yo no lo haría nunca. Las razones por las que yo entré en política son otras y el día en que las pierda, me iré a mi casa. Pero mientras siga creyendo que la política es una causa noble, de servicio a los ciudadanos, y que no hay nada más bonito porque es una manera de estar al servicio de la sociedad, seguiré en la política. He tenido ocasión de hacer estas cosas y no las he hecho: nadie ha visto que yo me haya ensañado públicamente nunca con nadie.

P. ¿Hubo una operación en su contra?

R. Puse a tiro una pieza codiciada: desestabilizar al Gobierno con una crisis entre los dos partidos. Pensaron que esta era la ocasión de poder hacerle daño al Gobierno a través mía como podía haber sido a través de otro.