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Entrevista:Antonio Garrigues | Jurista | AMENAZA DE GUERRA | El debate en España

"Sadam representa el fanatismo político e ideológico más agresivo"

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1. Sí. Lo ha sido y lo sigue siendo porque representa el fanatismo ideológico, político y religioso en sus formas más agresivas. La idea de que Sadam Husein tuviera la misma capacidad de acción que tiene en estos momentos George W. Bush es verdaderamente terrorífica. El problema clave, sin embargo, está en definir la importancia real del peligro que representa Sadam Husein y el riesgo concreto de que se materialice. Hasta ahora no hay datos sólidos y fiables. Las comparecencias de Powell y Aznar del 5 de febrero podrán ayudar a aclarar este tema, pero es muy improbable que resuelvan todas las dudas.

2. Dependerá, en gran medida de lo anterior y de la decisión del Consejo de Seguridad.

3. En pura teoría y en pura ética, el porqué de las distintas posiciones europeas debería depender exclusivamente de cómo se valore el peligro y los riesgos que representa Sadam Husein. Pero no es así. Hay además razones de política interna y de política europea o mundial y, también, factores económicos como el precio del petróleo, que sería un factor decisivo para recuperar una economía mundial que tiene sus tres locomotoras básicas paralizadas (Estados Unidos, Japón y Alemania). España ha elegido un camino arriesgado y el presidente Aznar es consciente de ello. Es una apuesta en toda regla, pero nadie debe descartar que tenga más claves de las que ha desvelado hasta ahora. Esto es una partida de ajedrez.

4. En estos momentos, de una forma muy negativa, y de ello tienen la culpa íntegra, repartida a cuotas iguales, los líderes antes citados. Puede llegar a ser tan negativa -en el sentido de reafirmar dramáticamente la desunión, la incapacidad y las debilidades europeas- que ello acabe forzando, vía opinión pública, a que se produzcan nuevos intentos para alcanzar una voz única. Pero no hay que hacerse demasiadas ilusiones. La veneración de la nación-Estado obtura muchas mentes y el eje franco-alemán es duro de roer. Cuidémonos bien en todo caso de no dañar en exceso la relación EE UU-Europa. Ahí está la clave de una globalización mínimamente razonable.

Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934) es jurista, vicepresidente europeo de la Trilateral y presidente de la Fundación Ortega y Gasset.

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